Un niño es algo así
como un farol lleno de luz
alimentado de ternura
iluminado de mucho amor
Un niño es un pimpollo
de jazmín o de amapola
que al despuntar la mañana
se descubre en espléndida corola
Dios deja que el niño viva
en cada uno de nosotros
y que jamás se dé cuenta
que en un despertar se acaban los asombros.
Deja que en su alma
pequeñita e inocente
renazca cada día
una mirada tranquila y transparente.
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