
Las palabras tienen definición. La matemática, solución. Pero si tú y yo nos juntamos, la suma de lo que podemos generar, podría ser incontable. Nuestra unión, indescifrable. Un «por ti bajaría la luna» o «te invitaría a recorrer las estrellas» o «te regalaría el mundo entero», son algunos ejemplos para argumentar lo indefinible. En un verdadero «me gustas», «te quiero», «te amo» hay innumerables oraciones sin punto final, porque son interminables. Dos palabras que esconden lo indescriptible, pero al decirlas buscamos ser justificables. Amar es buscar explicar lo inexplicable…
Jonathan Reguera
Argentina
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