Mi perro , El  Papi, se nos fue de ladre.

Se colò por entre las rejas torneadas. Apenas, apretujaba el hocico cada vez que un niño pasaba. Habìa sido un can guerrero de los pocos guardianes que quedaban en las quintas del 5.Tenìa una reputaciòn ladrada a pulso. Toda la cuadra lo respetaba y lo amaba. Hasta los guajiros de al lado. El se dejaba amar, algunas veces acariciar.

Del Papi se contaban tantas historias que muchas solo eran eso, historias como la de la vez aquella en la que su dueña despreocupada se confiò de èl. Se alejò, al menos tres cuadras, pero, su alcance olfatorio no le permitiò regresar y sus dueños perdieron todo un dia localizandolo. Claro, era un perro de propiedad social, entrañable su ladrido agudo. El lo entendìa asì pero su corazòn le pertenecìa a Yetcklin. Un dìa ella tuvo que partir y èl se quedò. Aunque su fama continuò creciendo. Llegò su descalabre, enfermò y no ladrò màs hasta ayer.

De seguro hay fiesta. Quizàs… ¡Hoy, dormirà hasta tarde!

Seudònimo: GOYA

Santa Bàrbara de Zulia 2020.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS