Quizá una taza de café o un cigarrillo, calmarían un poco mi melancolía, pero ni siquiera eso tenía en mi pobre vida, todo giraba demasiado rápido, el torbellino se cerraba en torno a mí, de una manera cruel y despiadada,--bueno me consolaba la frase que siempre me repetía mi madre, Dios manda las batallas más grandes, sus mejores guerreros—pero no me sentía a gusto peleando contra todas las adversidades al mismo tiempo.
El ser humano tiene un ciclo sagrado en la tierra, es el mandato divino, es la condición que puso el creador para poder gozar de este paraíso, se nace, se crece, se reproduce y finalmente se muere, y yo estaba en la última etapa, había tenido vida, niñez, crecí en medio de la soledad y me reproduje indiscriminadamente, con más hijos de los que un día pensé, y ahora que estoy en la recta final de mi proceso, observo que mi vida fue una estrella fugaz, demasiado efímera, demasiado solitaria y vana, creo que no supe vivir a plenitud el regalo celestial,
Interesado por: Me interesa la literatura en un sentido amplio, sin predilección de género
Autores o libros favoritos: Gabriel Garcia Marquez,Mario Vargas ll,Ernest Hemingway