Perfil público

Nombre:
Nahuel. Quiero decirles, que es mi segundo nombre y no el primero. En ámbito familiar, me llaman de otra forma. “Nanno”, para todos… salvo para abuela materna. ¿Por qué me nombro como Nahuel, entonces, y no como Santiago, mi primer nombre? Porque mi inteligencia infantil me hizo suponer que Nanno era diminutivo de Nahuel.

Edad:
Tengo 33 años y sé (no creo ni espero, sé) que a los 36 me va a pasar algo de interés propio. Jugando, este número me devolvió la figura de un hipopótamo rosa, y en contexto, a principios de este año, casi casi me tatúo uno de estos animales (hipopótamos rosas) llevando la 10 de Dieguito Armando en mi muslo izquierdo. Realmente, espero que ese tatuaje no sea lo que me pase a los 36.

Domicilio:
Timoteo Gordillo 1236. No puedo evitar sentir cierta paz al nombrar la altura en a la que vivo. 1236 ¿No les parece un buen augurio? 1+1=2… 2+1=3… 3X2=6… 6=1+2+3… 12X3=36… 36+12=48… 4+8=12... y sumando cada digito tenemos 12 también, y vuelta al círculo. Tengo que mudarme, realmente me da cierto vértigo encarar semejante destierro.

Ocupación:
Luthier de bandoneones, y no más. Todo lo que se le pueda ocurrir a cualquiera en alusión a esta imagen, es pura invención suya y no realidad mía. Luthier de bandoneón es soledad y mate, es Charly al taco. Es sol y aserrín en la cara. Nada más lejano a la idea que me imponen de formalidad, maestría y tango.

¿Quién soy yo?
¿Quién soy? Me estás matando. No se puede responder banalmente semejante cuestionamiento. ¿Te das cuenta que no hay lenguaje que abarque lo que algo es? Me estás pidiendo que haga el recorte a la revista y te pegue la figurita… más lejano a mí mismo no puedo estar. Es imposible ser tijera y figura.

¿Por qué estoy aquí?
Siempre ajeno. Mi voluntad se analiza en pasado, no en presente. ¿Por qué estoy aquí? Lo sabre mañana, hoy es temprano. Mañana prometo saberlo.

¿Quién soy yo? (Me lo volvieron a preguntar... ¿qué se le va a hacer?)
Basta, che… aguanten. Voy a contestar por todos y de última me van corrigiendo… Yo…. Bueno, bueno… El que habla, representante por obligación y no por derecho de todos los personajes… Está bien… De todas las personas que me integran, en carácter de las responsabilidades adquiridas por sola estructura neuronal y en conciencia de ser esta estructura ajena a cualquier deseo propio en su conjunto… ¿Vamos bien? … Certifico que, en su mayoría, siendo esta mayoría representativa del dictamen que enunciare, pero sin desconocer las voces que contradicen la sentencia…. ¿Estamos?... Certifico que se carece de las herramientas preferidas para contestar semejante cuestionamiento. Ante la triste situación que deja en manifiesto dicho evento, se procede a la formación de una junta de emergencia con potestad de iniciar los procesos de búsqueda a tamaña respuesta… En mi cabeza, no sé en la de ustedes, hay vítores y aplausos.

¿Por qué estoy aquí? (Esta también me la preguntaron dos veces.... JA!)
Si mi sola presencia bastase para responder, realmente estaría feliz de hacerlo. Que esté yo aquí es al menos imposible, que vuelva a estarlo será un evento de mera, pura y sagrada causalidad.