Perfil público

Cuando desperté, aquella tarde de un día de noviembre de 2012, cargaba ya 51 años en la columna del entendimiento de mi tiempo y mi espacio. De esos 51, veintisiete sumergido en el mundo de la tecnología. Ahí, donde aprendí el lenguaje de las máquinas; donde vi como los intangibles impulsos magnéticos crecieron de bits a bytes, luego a kilobytes, megabytes, gigabytes, terabytes, petabytes etc. en un tiempo pasmosamente rápido y perturbador. En su exilio voluntario de la alta California; conocí a los gurús, a los reales inventores, en los que advertí el desprecio hacia los depredadores alabados por el mundo. Estos mercaderes que desviaron el verdadero propósito de la tecnología. Tecnología que fue concebida para educar y ayudar a la raza humana a trascender. Y estos infames la transfiguraron en instrumento de distracción, manipulación de generaciones y entretenimiento de masas. Tenía en mi haber un cumulo de experiencia en todas las metodologías, procedimientos y fórmulas que debe tener alguien que se precie de haber sido un buen contribuyente para el rimbombante y despiadado a la vez, mundo corporativo. Siete años más tarde, me restregué los ojos y apareció ante mí el mundo real, austero y colorido; con contrastes devastadores entre la involutiva miseria humana y algunas genialidades de seres trascendidos. Regresó aquella vocación de escritor pretencioso de cuentos cortos, historias perdidas y relatos irreverentes. Regresó el impulso de querer llevar mi cuerpo a los extremos de la resistencia humana para atisbar lo que sigue más allá del simple y denso mundo material. Como corredor de maratones, surgió el espíritu del nómada con las serias intenciones de hacer la gran distancia en ciudades lejanas de todos los continentes. Como Cocinero Rústico, me identifiqué esmeradamente con la filosofía italiana del SlowFood® , con la magia de la herbolaria, heredada de mis ancestros y con los chamanes de la auto sanación. “Bueno, limpio y justo” me lo apropié como lema para todo lo que pasa a través de mi manifestación física. El 'jogging', buen vino, buena música, comida intensa y buena lectura son los ingredientes incluidos en mi propuesta.