Partido en dos, resquebrajado, tan dañado que no admite una pena más, una traición, una pena, una desilusión, la decepción que daña no solo al corazón, sino que consume la esperanza en el sentimiento más humano, pero que dicen algunos (los más fanáticos del romance) que viene de Dios. Del mismo Dios que venimos todos...
Seguir leyendo
16
0