Fino filo Albacete inox, entre mis grietas, zumban abejas en mis orejas. Sin mameluco y con armadura, se cuela el frío entre abolladuras.

Quise cambiar, no quise ser, quise esconderme en otra piel;
subo, bajo, vuelvo y vengo, pero el run run nunca se fue:

«Se te nota; amiga, en las arrugas, las buenas niñas también maduran;
y esos surcos que ya no engañan, gritan que sueltes todas las balas.»

Por ser princesa del extrarradio, por ser macarra, por ser traviesa,
por ser pensante, por ser humano;la embocadura me acomodaron.

¡Pero seguían, malditas, esas abejas, bisbiseando como alcahuetas!.
Cierro los ojos, escondo palabras, van tras mi lengua todas las balas.

En el espejo me he mirado y una de ellas ha escapado:

«Por tozuda y discordante, por lianta del lenguaje llevas siempre el freno echado, y un enjambre a cada lado.
El castigo te ha tocado: tienes cuerda para rato. Suelta lastre y suelta cuerda, fuera excusas, marioneta.».

Y si abriera esa escotilla…, Y si abriera esa escotilla…

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