Con cada paso que daba sentía como le daba la espalda a una parte de mi vida que ame completamente para comenzar otra que esté llena de sueños cumplidos. Mi pecho se sentía ahuecado como si algo le faltara y tenía un nudo en la garganta, sabia la razón, así se sentía cuando te alejabas de tu hogar.
Mi respiración no estaba calmada, al contrario, mi angustia crecía sin la intención de querer que yo este estable. Jamás me había sentido tan insegura con una decisión, ni siquiera estaba conforme con esta idea, pero era algo que necesitaba intentar. Sería la única manera de saber que lo intente y aunque fracasara lo que cuenta es el valor.
Dejar a personas que amas sin duda es difícil, el tiempo no lo cura todo como un corazón pero, el tiempo te ayuda a soportar y vivir con el dolor. Es una de las leyes de la vida. Naces, creces, vives, mueres. Es inevitable no pensar que la vida es corta, lo es, pero la puedes disfrutar antes de pensar que pasara en el futuro.
—Estarás bien, hija. —Dijo mi madre estrujándome entre sus brazos e inspire su perfume. Solo ella tiene este aroma que logra calmarme,—Si es lo que quieres, siempre te apoyaré. Porque quiero que seas feliz, aunque no estés a mi lado, mi querida Liv. —Soltó un sollozo y cerré los ojos fuertemente sintiendo como las lágrimas se acumulaban en ellos.
—Te juro, que me portare bien, me lavare los dientes todos los días y dormiré temprano siempre… Aunque sea fin de semana. —Prometí y escuche como comenzó a reír levemente.
—Te conozco, no lo harás. —Dijo separándose y limpiando mis lágrimas las cuales no sabía en qué momento habían empezado a caer,—Por eso…
—¡…Tu hermana se mudara contigo a Portland! —Exclamo mi padre moviendo sus manos efusivamente y fruncí el ceño intercambiando mi mirada entre ellos dos además de mi hermano, Cameron, quien mantenía su sonrisa torcida.
Que mal actor, anoche se la paso llorando.
Espera, ¿escuche bien?
—¿Que? —Fue lo único que salió de mi boca y al instante mi hermana con su vestido y zapatos de tacón alto apareció de la nada y con muchas maletas de colores.
—¡Viviremos juntas hermanita! —Chillo Grace, mi hermana, dando pequeños saltitos y golpee mi frente con la palma de mi mano.
Mátenme.
—Pero… ¡¿Por qué?! —Pregunte alterándome y mi hermano junto con su sonrisa torcida aparecieron en mi vista tomándome por los hombros para después abrazarme.
—Quiero llorar. —Susurro en mi oído y sonreí con ternura.
—Pues llora.
—Llorar me haría ver débil.
—Todo lo contrario, te hace ver fuerte porque demuestra que aunque estés mal aun sigues intentando remediar las cosas. —Susurré y él se separó para verme con una sonrisa nostálgica y sus ojos cristalizados.
—Extrañare tus frases. —Dijo y reí para volver a abrazarlo torpemente.
—Papá, cuida de mamá. Por favor, por favor… —Le rogué y el me vio atento,—No te intoxiques con su comida. —Dije y mi madre abrió la boca fingiendo estar indignada.
—Mala… —Dijo mirándome con los ojos entrecerrados mi madre y todos reímos.
—¿Que dicen? ¿Un abrazo familiar? —Pregunte y todos nos miramos entre sí para acercarnos y darnos un gran abrazo juntos.
—Fuiste adoptado. —Le Murmuré a mi hermano y el me mostró su lengua.
—Te encontramos en el basurero. —Dijo y gruñí,—Y tú sólo fuiste un accidente. —Se dirigió a Grace y ella lo miro entrecerrando los ojos.
—Mentira, fui la única planeada. —Se defendió y nuestros padres rieron.
—No es cierto, nadie fue planeado, niños ilusos. —Murmuro la última parte mi madre y arrugue mi nariz.
Nos despedimos uno ultima vez para después irnos, dejar nuestra maletas y entrar la avión. Nos sentamos juntas con Grace y ella de inmediato cerro la cortina para cerrar sus ojos.
A los minutos supe que se quedó dormida ya que sus leves ronquidos lo indicaron. Eche mi cabeza hacia atrás suspirando mientras escuchaba las instrucciones del vuelo, jugué con la tira de mi cinturón de seguridad y cerré los ojos. No le tenía miedo a los vuelos pero este viaje se me hacía eterno por el simple hecho de saber que estoy dejando mi vida en este lugar, volvería pero no estoy segura del tiempo. Una parte quería quedarse en el avión y seguir con una vida llena de aventuras y experiencias inolvidables pero otra quería salir corriendo y saltar por la puerta para ir junto con mi familia y pegarme a ellos como una garrapata. Pero ya era tiempo, ya era tiempo de hacer mi propia vida y si eso implicaba alejarme de las personas que quería, tendrían que afrontarlo y superarlo, de eso se trata la vida en sí.
Mire a mi izquierda donde dormía plácidamente mi hermana y sonreí, tal vez no allá sido tan mala idea que ella hubiera venido, con ella a mi lado no me sentía tan perdida e insegura. Di un respingón al verla saltar en su asiento con sus mejillas infladas y con los ojos muy abiertos.
—Por favor dime que no quieres vomitar. —Pedí negando con la cabeza y ella asintió. Salte en mi asiento y salí corriendo junto con ella hacia el baño.
—Señorita, ¿Puede volver a su asiento? —Ignore la indicación de la azafata para seguir corriendo y por fin llegamos pero estaba ocupado y solté un suspiro lleno de frustración.
—¡Esto es importante! ¡Abra la puerta! —Grite golpeando la puerta pero esta ni se movía causando que mis nervios aumentaran.
—Liv… —Dijo en tono de advertencia Grace y la mire entrando en pánico. Paso un azafata con un carro y tome la bolsa que yacía encima para entregárselo a lo cual ella respondió vomitando todo los había estado en su estómago hace unos momentos.
Dios, que vergüenza.
—Ya lo desocupe. —Dijo la señora que estaba en el baño y arrugue la nariz.
—No creo que sirva de mucho ahora. —Supuse viendo a mi hermana quien se había ganado muchas miradas en el avión gracias a su acto de devolución.
(…)
—¿Cómo estás? —Pregunte sentada encima de mi maleta en frente del aeropuerto esperando que Grace hiciera por fin parar un taxi.
Ya habíamos llegado a Portland y aunque el viaje no fue tan mágico con imagine de igual manera será memorable. Digo, ¿Cómo no sería memorable si tuve que soportar las uñas de mi hermana clavadas en mi piel cada vez que había turbulencia? ¿Escuchar sus insistentes arcadas? ¿O verla vomitar en una bolsa de papel?
Siempre fue mi sueño vivir en este lugar o el menos visitarlo y ahora que estaba aquí, me sentía tan plena y libre, estaba feliz.
¿nunca han tenido sueños?, Hacer algo solo una vez en tu vida que no sea una completa y total rutina, Conocer como es la vida de verdad, no esa versión que ves desde fuera de tu ventana. Esa versión donde tienes aventuras inolvidables, conoces personas incondicionales, donde tienes anécdotas geniales para contarles a tus nietos, donde te das cuenta de quién eres realmente. Y esa es la razón por la cual ahora me encuentro aquí.
—Por fin…—Dijo exasperada Grace cuando logro hacer parar un taxi.
El conductor nos ayudó a dejar nuestras maletas del maletero, no adentramos al auto y mientras mi hermana no dejaba de teclear en su celular, yo no podía despegar mi mirada de los hermosos edificios y lugares que nunca había visto que ahora estaban a través del vidrio del taxi.
Paro el auto y nos bajamos, le dimos las gracias al conductor y unos empleados del edificio que sería nuestro nuevo hogar nos ayudaron a subir las maletas.
Nos quedaríamos en el departamento de Claire quien es una chica como de nuestra edad que arrienda habitaciones en su departamento, la contactamos y ella con gusto nos dijo que si, además arrendar un cuarto sería mucho más factible y económico que comprar u departamento. No quería hacer gastar tanto a mis padres, ya era suficiente con los costos del viaje y trasladar todas mis cosas y las de mi hermana.
Toque el botón del ascensor que llevaba al departamento y sonó esa típica música de fondo calmada y aburrida que duro hasta que volvió a abrirse y salimos para quedar enfrente de la puerta correspondiente donde Grace toco con una sonrisa como si todo lo que ocurrió en el viaje se le hubiera olvidado.
Una bella pelirroja abrió la puerta con una sonrisa entusiasta y alegre, —¡Hola, chicas! —Exclamo abrazándonos y casi dejándome sin oxígeno—, Entren, por favor.
Entre junto a Grace y mi boca quedo entreabierta de la impresión. El departamento era perfecto. Las paredes eran de colores oscuros con un diseño contemporáneo, habían sillones grandes alrededor de un gran televisor plasma, muebles café oscuro y cuadros que le daban un estilo vintage muy moderno y sofisticado.
—Wow. —Dijimos al unísono Grace y yo.
Claire rió, —Lo sé, todos dicen lo mismo. Pero al poco tiempo se irán acostumbrando, vengan acompáñenme.—Asentimos y seguimos a la pelirroja.
Nos mostró el departamento entero, el living, la cocina, comedor, baño, y por ultimo las habitaciones. Había siete puertas en un largo y extenso pasillo, dos tenían un papel en la puerta de color rojo.
—¿Que significan esos papeles, Claire? —Pregunte curiosa y ella se giró a verme con su sonrisa.
—Significa que las habitaciones están ocupadas. Aquí vive Bella que vive como por dos años aquí y luego viene Liam que vive como… Un año y medio pero es muy respetuoso así que no tiene por qué angustiarse.—Dijo encogiéndose de hombros y yo hice un movimiento con mi mano en señal de desdén,—Ya los conocerán, ahora están afuera haciendo quien sabe qué. —Dijo riendo y nosotros también reímos para seguir la corriente,—Bueno, esta sería tu habitación, Grace.—Dijo abriendo una puerta.
—Gracias por todo, ahora iré a ordenar mis cosas además de descansar. —Dijo dándole un beso en la mejilla a Claire y desapareciendo de mi vista adentrándose a su habitación.
—Y esta sería la tuya, Liv. Tus cosas ya están adentro y solo debes acomodarlas a tu gusto.—Dijo y sonreí feliz para después darle las gracias.
Cuando entre tire mi bolso al colchón vacío y gire para examinar la habitación. Tenía las paredes de color celeste y dos ventanas que ocupaban casi toda la pared, una cama de una plaza y media, una mesita de noche y un escritorio que quedaba al lado de un grande closet. El tamaño era ideal y me sentía cómoda.
Tres horas después ya estaba secando el sudor de mi frente con el dorso de mi brazo para correr con todas mis fuerzas la cama, con una sonrisa de satisfacción vi a mí al rededor y chille de la felicidad al darme cuenta de que por fin había terminado. Quedaban detalles pero esos se arreglaban con el tiempo. Me tire a mi cama de un salto y cerré los ojos, el cansancio era mucho pero me tomo como diez minutos quedarme completamente dormida.
Un sonido me sobresalto causando que me sentara rápidamente y restregará mis ojos con pereza, tome mi celular que sonaba insistentemente y conteste a la llamada de mi madre preguntando como estaba y que me extrañaba. En cuanto la llamada acabo me coloque en frente de un espejo que estaba en una de las puertas del closet y me hice una coleta mal hecha para salir con una sonrisa que desapareció de inmediato para ser reemplazada por una mueca de desagrado. Había música, y muy alta, tanta que molestaba e irritaba.
Camine por el pasillo y llegue hasta el comedor el cual atravesé para llegar a la cocina dónde provenía la música, me tape los oídos y pude presenciar la figura de un chico bailando, tenía le cabello negro y alborotado, era alto y se estaba preparando un pan con lo que creo yo, es mortadela.
—¡Hola! —Grite tratando de atraer su atención pero el siguió bailando como si su vida dependiera de ello, —¡Hey! —Me ignoro y camine hasta el parlante y lo apague lo cual causo que el chico diera vuelta sobre sus talones y diera una salto al verme. Tenía unos ojos azules muy bellos.
—Dios… Me asustaste. —Dijo el chico sonriendo y me miro de abajo hacia arriba— ¿Y tú eres…? —Pregunto esperando mi respuesta y me acerque a él.
—Me llamo Olivia, pero me gusta que me digan Liv. —Dije encogiéndome de hombros y el estrecho nuestras manos.
—Lamento que hallas visto mi intento de baile. —Dijo riendo y yo reí también,—Soy Liam, y me gusta que me digan Liam. —De nuevo reí—Y, ¿Quieres algo de comer o tomar?
—Sí, quiero un poco de jugo, por favor. —Dije sentándome en una silla alrededor de la mesa de la cocina y me tendió un vaso de jugo,—Gracias. —sonreí.
—De nada, ¿Que te gustaría ver en mi televisión gigante? —cambio de voz a una gruesa y profunda que se me hizo muy chistosa.
—¿Perdón? Es mi televisión. —se escuchó una voz desconocida luego de el ruido de una puerta cerrándose la cual supuse sería la de la puerta principal. De pronto una chica castaña sumamente hermosa apareció en la cocina con muchas bolsas de compras en las que supongo había mucha ropa. La chica sonrió pero en cuanto me examino de arriba hacia abajo su sonrisa desapareció, o al menos fue reemplazada por una sonrisa falsa y cínica,—Oh, tú debes ser Olivia, ¿No? —Iba a hablar pero me interrumpió levantado su dedo índice,—No importa, soy Isabella.
—Mucho gusto, a mí me gusta que me llamen… —Fui interrumpida por la ruidosa voz de mi hermana y gruñí cansada.
—Liv, le gusta que la llamen Liv. —Dijo y la fulmine con la mirada,—Pero da igual. Y soy Grace, la hermana de esta perdedora.
¿Que? ¿Ahora todos me odian?
Los ojos de Grace se iluminaron como dos faros entre la oscuridad en la noche al ver todas esas bolsas llenas de ropa de marca y costosa. Rodee los ojos. Unos minutos después ella e Isabella se encontraban charlando animadamente sobre moda mientras que yo las miraba atentamente mientras tomaba mi jugo. Liam al parecer se había ido a su habitación y Claire había salido esta mañana.
Fui a mi habitación y prendí mi laptop, llame a mi hermano por Skipe y a los segundos él contestó y pude verlo a través de la pantalla con su típica sonrisa burlona.
—¡Hola, Cam! —Lo salude agitando mi mano en frente de la pantalla y el rió,— ¿Como estas, idiota?
—Bien, tonta. —Respondió y reí,— ¿Cómo llegaste? ¿Cómo es por allá?
—El vuelo fue horrible, Grace se la paso vomitando pero valió la pena cuando por fin llegue aquí, ¡Cameron, es genial! El departamento es precioso…—Exclame emocionada y se acomodó donde sea que estuviera, — ¿Oye, donde estás?
—En mi cuarto pero ya está casi vació ¿O lo olvidas? duh… mañana me voy a la universidad.—Dijo llegándome la noticia como un balde de agua fría. Se me había olvidado por completo.
Cameron era un año mayor que nosotras y eso significaba que este año entraba a la universidad mientras que nosotras vamos a entrar a nuestro último año de secundaria aquí en Portland, después de tanto insistirle a mis padres de mudarme ellos accedieron lo cual me sorprendió y me alegro demasiado pero cuando supe que Grace vendría junto conmigo no pensé en la idea de que… mis padres se quedarían solos, o sea no completamente solos, ya que tenía a mis abuelos y muchos amigos pero no tendrían más sus hijos a su lado fastidiándolos.
—Oh hermanita, me tengo que ir pero suerte y hablamos mañana.—Dijo despertándome de mis pensamientos y asentí con la cabeza un poco aturdida, —Espero que estudies, adiós te quiero tonta.
Dicho eso corto la llamada y me quede pensativa.
en unos días entraría a mi nueva secundaria llena de personas nuevas por conocer, Conocería gente agradable y a otras que no, tendría que acoplarme, tener que lidiar con el sentimiento de tristeza por estar lejos de mi familia además de conocer al revés y al derecho esta nueva ciudad que se convertiría en mi hogar por un año completo.
Tengo mucho que hacer, bueno… aquí vamos.
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