No sé cuántas maneras existan de amar. No me interesa. Yo solo sé que me gusta amarte como yo sé hacerlo, más allá de cualquier prosa escrita o de cualquier palabra pronunciada. Te amo en esa sensación que me invade todo cuando después de tanto tiempo vuelvo a verte, en ese no saber ni que decir ni qué hacer cuando te tengo cerca, en ese sudar de manos lleno de nerviosismo y en esa frase que quiero decir y que se me queda atrapada en la garganta. Te amo en ese beso que no me atreví a robarte, en ese abrazo que deseo hubiera sido eterno, en ese no saber de ti ni de tus cosas, ni de tus tiempos ni de tus espacios. Te amo aun en lo que ya no sientes, en lo que ya no compartes y en lo que ya no deseas conmigo. Te amo en mis silencios, en mis nostalgias y aun en mis errores. Te amo de tal manera que aun cuando me has regalado el olvido te lo devuelvo convertido en pensamientos que están llenos de ti. Te amo en ese instante en que decidí ya no decir te amo porque te lo dije tantas veces que ese decir se te volvió insulso.
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