Prólogo
La oscuridad de mi habitación me absorbe, soy un mar de lágrimas, ¿por qué me tiene qué pasar esto a mi? Escucho que tocan mi puerta.
-Hija, ya esta la cena pasa a comer.
Tengo un contra y un pro después de llorar, el pro es que mi voz es igualita después de haber llorado.
-En diez minutos bajo.
Me dirijo al espejo y veo mi cara completamente roja, si ese es el contra, lo bueno es que pasa rápido, aunque a veces mis pestañas son la prueba de que e llorado, me dirijo al baño y cojo un poco de papel para limpiarme lo que casi siempre me delata. Pienso otra vez en la noticia que recibí y me dan ganas de volver a llorar, me limito a desviar mis pensamientos, me dirijo de nuevo a mi espejo, ya paso la cara roja, es un alivio. Antes de bajar me prometo que nunca más volveré a cometer el mismo error, no quiero volver a llorar por alguien que no valga la pena y con un suspiro salgo de mi habitación.
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