Y A LA MIERDA LO QUE UN DÍA DIJE DEL AMOR.
Y es que, a toda costa, yo siempre trate de evitar el amor,
supongo que por el amargo sabor del pasado,
y sí, yo al amor le traía rencor, lo sé, suena absurdo.
Aunque creí jamás hacerlo, al amor lo perdone,
fue la forma más sensata en la que sane,
y desde aquel día me prometí no volverme a enamorar,
que cualquier sentimiento tenía que soslayar.
Hoy me rio de todo lo que alguna vez dije,
de las una y mil maldiciones que me he lanzado,
de cada noche que llore hasta quedarme dormida,
por el gran disparate de que un amor no llegaría a mi vida,
del dolor que abordo en mi hasta lo más profundo.
Simplemente me rio, porque ¡carajo!, uno mira el camino,
y así se da cuenta de todo lo que ha aprendido
Joder tío, he aprendido, que la llegada de un simple mortal;
puede lograr arruinarte cualquier plan.
Y sí, este es el momento en el que te involucro,
porque arribaste cuando menos lo pensé,
y te instalaste en el corazón de la chica que prometió no volverse a enamorar.
La chica que dijo que el amor era una mierda,
la que un día dijo que el amor no era de su talla,
que llego a jurar que el amor era la mentira típica de la humanidad,
con el fin de traer paz a la guerra, de calmar mentes, de aceptar cuerpos, de unir a la gente.
Sin embargo, sabiendo que el amor era puro cuento,
siempre sin querer, ella con el amor soñaba.
Puedo gritar hoy feliz de decir que he encontrado el tesoro más grande,
que ahora se de aquello de lo que todos me hablaban,
y que ya no me puedo negar a este sentimiento, al que aún no le pongo nombre,
porque aun sabiendo que a esto que se le conoce como el amor,
no se lo puedo otorgar, porque para mí, ese le queda insignificante,
porque lo que siento por vos, es aún mayor que gratificante.
Posible amor de mi vida, quédate aquí por mucho,
que en el tiempo que estés creare el tema más real y original,
para todo este caos emocional revolucionario, que me haces experimentar.
No me queda agradecerte por darme la libertad,
esa libertad que siempre busque y que hoy encontré,
por dejarme ser yo, quitarme ese temor a fracasar.
Que quiero ser tuya y que sigas enloqueciendo cada sentido en mí,
y debo decirte, cariño mío, que soy capaz de decir lo que un día me calle,
de hacerme saber que siempre me equivoque,
y sí, a la mierda lo que un día dije del amor.

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