I


Vivía en silencio

mi voz vacía

mi alma ignorada.

Mi corazón triste

mi llanto sin importancia

mis lágrimas secas.

Mi vida no era vida

era una rutina,

sin sentido ni gracia.

Con solo una ventana,

el cielo era mi sueño

y mi salvación.

Cuando pude huir,

quise regresar a mi prisión,

porque no eras lo que esperaba.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS