Volada Intergaláctica

Volada Intergaláctica

Erick Damián

17/04/2017

I

El Universo se encuentra en una expansión

Eterna,

¿Qué sentido tiene entonces aferrarnos,

Sujetarnos

Con lágrimas, sudor y sangre

A este mundo diminuto

Que se encoge día a día?

El Universo se nos aleja

Y los despedimos con pañuelos blancos

Desde el final de la estación.

II

Si por el contrario

El Universo se comprimiera

Se comenzara a estrechar, se secara

Como un gajo de uva deshidratado

Como un higo seco,

Constreñido y apático;

Entonces

Todo tendría sentido

Todo valdría la pena

Todo.

Incluso el polvo acumulado bajo la cama,

En los libros,

Y en mis mejillas;

Todo.

III

Si pudiera constatar con ojos mortales

La anchura exacta del Universo

Comenzaría a derrumbarme

Dentro de mí mismo.

Comenzaría cada célula

A desplazarse

En una implosión indolora,

Apenas un balbuceo incoherente

Milésimas de segundos antes

De que cada átomo en mi ser

Viajara a la velocidad de la luz

Hacia lugares inexplicables.

IV

Nada viaja más rápido

Que la velocidad de la luz

En el espacio/tiempo,

Nada.

Ni siquiera los espasmos

(Escalofriantes e instantáneos)

Que recorren tu espalda

Cuando mi aliento se posa en tu oído,

Ni siquiera eso.

Nada.

V

Podría editar un libro de poemas, quizás dos.

Podría conocer un montón de mujeres interesantes y odiosas.

Podría dejar de fumar y salir a trotar en la noche.

Podría conseguirme una noviecita de desgastados mechones rubios

E ir a visitarla a su casa en La Dehesa.

Podría conquistarla con conocimientos literarios mediocres

Y hablarle de filosofía barata cuando me sienta superado.

Podría tener un auto sólo para sentir el olor a nuevo en los asientos.

Podría casarme por el civil.

Podría tener dos hijos,

Quizás tres

(con nombres de apóstoles todos).

Podría vivir en Ñuñoa cerquita de La Reina.

Podría ir en familia al parque Arauco los domingos.

Podría irme a Zapallar con la familia de ella.

Podría ser invitado a la Feria Chilena del Libro

Y firmar con suerte dos títulos propios.

Podría imaginar a alguna lectora desvariada, con un ligero sobrepeso,

Nerviosa y decepcionada del adiestrado escritor, con número de serie,

Que tiene enfrente.

Podría finalmente hacer la primera comunión.

Podría sacar a pasear cada noche

Al Cocker Spaniel anquilosado que nos regaló mi suegra.

Podría, una de esas noches, tirarme al medio de la calle sollozando,

Imaginando el mejor poema de mi vida

Fulgurado por las luces de un transantiago.

Podría en ese momento el Universo apiadarse,

Y en una fracción de segundo

Estrellarse un meteorito de 30 kilómetros

Directamente sobre la Plaza Egaña,

Y terminar de una vez por todas

Con esta miserable payasada.

VI

Una estrella de neutrones

Es un cuerpo celeste soberanamente extraño.

Y cuando se estrella con otra estrella de neutrones,

Salen arrojados al espacio

Elementos químicos altamente densos y codiciados:

Como el oro.

Ahora sí que se justifica la llegada

De nuestros padres conquistadores

A quitarles sus tesoros a los indios ignorantes,

Para adornar sus podridas dentaduras

Y los cuellos de sus Dulcineas.

Ellos siempre lo supieron,

Traían este conocimiento arraigado

En sus biblias doradas,

Ahora sí que todo se justifica

Que no le quepa ninguna duda,

Ni a usted

Ni a mí.

VII

Si pudiera visitar un planeta

Me iría a Júpiter

Y me lanzaría de cabeza desde su Polo Norte

Atravezándolo de un hemisferio al otro,

A velocidades supersónicas,

Envuelto en sus atmósferas eternas

De azufre, metano, vapores indescifrables.

Mi cuerpo se desintegraría

En un par de segundos

Pero mi alma deambularía en la nada

Inconmensurable del gigante gaseoso

Hasta descubrir el infinito,

La ausencia del padre Cronos,

Y de una vez por todas Platón,

Descartes e incluso Jung

Tendrían la razón

Mientras Aristóteles y su séquito

Comienzan a revolcarse en sus tan venerables tumbas.

VIII

Un científico estudia y descubre Exoplanetas

Identificando la curva gravitatoria

Producida entre el planeta

Y su estrella.

Jamás verá ninguno de esos planetas.

Me lo imagino gris,

Cubierto de cenizas,

Un retrato en blanco y negro,

La frente marchita.

Una calma involuntaria lo envuelve

Una calma interrumpida solo por la irrupción

De interminables números binarios en una pantalla.

Una azulosa emoción lo invade,

Se acerca a un manoseado cuaderno

Escribe un par de notas,

Mira hacia una ventana

(A quién realmente le importa lo que hago)

Impotencia.

Vuelve a escribir,

Escribimos.

Otra estrella se ha apagado.

IX

En el espacio

La transmisión de ondas televisivas

Suele vagar por la espesura temporal

Del Universo

Por tiempos humanamente imposibles.

Es probable que la primera transmisión

De la que tengan noticia acerca de nosotros

Esos esquivos seres espaciales,

Sean las Olimpíadas del ‘36

Cuando Hitler quiso imponer la supremacía aria

Ante el mundo en los deportes,

A la vieja usanza griega.

Esos seres verán a un negro humillando al Führer

Y a toda su soberbia nación.

Cuántas portadas de periódicos de otras galaxias

Cubrirán sus titulares

No con la hegemonía del Tercer Reich

Sino con la impronta afroamericana

De Jesse Owens.

La humanidad no es más que una sutil

Muy pero muy sutil ironía.

X

Mis pulmones tienen hidrógeno

Por mi sangre fluye acuoso hidrógeno

La estratósfera está abarrotada de hidrógeno

El sol está formado de hidrógeno

En constante y sempiterna ebullición.

El primer átomo del Universo

Pudo haber sido de hidrógeno,

Cada uno de nosotros es una potencialidad

Ilimitada de expansión sin fronteras

O quizás,

Cada uno de nosotros es la posibilidad incierta

De una explosión de nivel intergaláctico

Un big-bang incubándose lentamente

Listo para destruir planetas,

Constelaciones

Y recuerdos.

XI

Más de un billón de galaxias,

Un trillón de trillones de estrellas,

Un número ridículamente inmanejable de planetas,

Una cantidad matemáticamente desagradable de enumerar

De atardeceres de anocheceres

De indescriptibles y formidables seres.

Y yo aquí sentado, consumiendo velas

Y delirios,

Preocupado de que se acabó el pan,

De que todavía no corrijo las pruebas,

De que no llamaste hoy

Ni respondiste mis mensajes.

Preocupado de que no lavo la loza desde el lunes,

De que me masturbo muy seguido

O muy poco,

De que la bencina sube mañana

Y ni siquiera tengo auto.

Preocupado del cáncer, del que sí tengo,

De mi tumba y su epitafio,

Del culo de mi vecina, del pelagato que lo disfruta.

De las filas los tacos las reumas

De que perdió el colo de tu boca

De la vida mi alma tu alma los libros sin leer las farmacias

Las palabras la ausencia que no rellenas.

Preocupado de que un pedacito de roca

Del tamaño de un octavo de un octavo de granito de arena

Choque con este planeta

Del tamaño de la mitad del granito de arena,

Odiosamente insignificante

Y destruya todas las insignificancias

Que hemos construido,

Convirtiendo todas aquellas preocupaciones

En una diminuta

Ínfima

Imperceptible

Irrisoria

Y asfixiante

Nada.

XII

TIEMPO

Uno dos tres cuatro cinco

Tiempo

Contrólalo

Uno Dos Tres

Cuatro

Respira.

Dos veces… ralentiza.

Uno

Dos

Tres

Cuatro

Cinco. Acelera

Seis Siete Ocho

No existe la temporalidad

Solo eternidad sobre eternidad

Tiempo el

Es No

Li

Ne

Al

Direcciones opuestas

Opuestas direcciones

Cinco Cuatro Tres

Dos…

El tiempo es ilusión viva

(Nada)

Hace dos horas lees esto

Afuera pasaron 5 minutos

Hace década lees esto

Es la permanencia de lo absoluto

El tiempo

Materia anti materia núcleos arterias

Mente vida sueños

TODO es TIEMPO

Y Nada también.

Con orden sin odren

Retrocede

Siente adelanta

Vive el caos

Sin principios sin finales

Te rodea te abraza te sumerge

Te abandona

Lo inhalas lo exhalas

Inhalas

Y exhalas.

Inhalas

El Universo es solo un infinito instante

Exhala.

XIII

La cuarta dimensión

Habita en nosotros

Es el reino de las partículas temporales,

Partículas estremecedoramente humanas.

Somos amaneceres vigilantes

Somos noches somos arena

Somos relojes a cuerda que aman

Y a veces respiran.

XIV

Uno no debería temerle a la muerte.

Cuando una estrella muere

Impulsa restos de asteroides, de planetas,

De otras estrellas

A velocidades aberrantes

Comprimiendo el espacio/tiempo,

Dándole material a la gravedad

Para la construcción de nuevas estrellas

De nuevos planetas.

Cuando muere una estrella, se regocija la vida,

El polvo suelto que cubre tus ropas

Cuando una ventisca lo levanta

Son restos de polvo estelar.

La muerte es la fantasía en que nos sumimos

Cuando ya nos pesa demasiado la vida.

No deberíamos temerle

Deberíamos sacarla a caminar por la plaza

Ofrecerle un cigarrillo

Hablarle de su hermana, la vida

Que suele angustiarse tan fácil en los veranos pasajeros

O en los otoños amarillentos.

Deberíamos ofrecerle la habitación de huéspedes

Masajearle la espalda, contarle historias de bares mohosos,

De su hierático pasado

Y follarla hasta el amanecer.

Uno no debería temerle a la muerte.

XV

Si el planeta se moviera tan solo unos cuanto miles de kilómetros

En dirección al sol,

Si el planeta se desplazara un suspira espacial

En busca de nuestra orgullosa estrella,

El mar comenzaría a evaporarse,

Se elevaría hasta la estratósfera sobre las nubes

Y arrebataría los cielos con agua

Con angustia en forma de tormentas bíblicas.

Si el planeta iniciara un viaje sin retorno

En busca del oro solar, una mañana cualquiera

Veríamos entonces a nuestra estrella más hermosa

Y amenazante que nunca.

Veríamos nuestra piel resquebrajarse

Y los vapores de la sangre

Surgir entre el hervor de las quebradas curtidas por el calor.

Veríamos asombrados al fuego surgir de los océanos

Un fuego mítico,

El fuego prometeico surgiendo para consumirnos lenta y dolorosamente

Llevándose nuestros huesos pulverizados

De vuelta a la tierra.

Si el planeta saliera a dar una pequeña caminata,

Si las medidas, los cálculos, la física

Fallaran por una fracción de segundo,

Esta serie de fragmentos

Estas hojas carcomidas por tinta negra,

Se inmolarían en una hoguera inflamada

Y las llamas incontrolables de mi ímpetu

Por retratar hasta el último segundo de mi estancia en el mundo,

Último segundo que pudiera gestarse en años,

O semanas, al anochecer, o quizás

Mientras observo inquieto

Estas manos temblorosas y carcomidas por el tiempo,

En este preciso, fugaz e irrecuperable

Instante.

XVI

¿Y si el Universo habitara dentro

De un agujero negro?

¿Y si ese agujero negro

Formara parte de algún otro Universo?

¿Y si ese otro Universo

Hubiera sido ya consumido por otro agujero negro?

¿Y si ese otro agujero negro,

Que consumió a ese otro Universo,

Hubiera ya sido devorado por un agujero negro

De éste, nuestro Universo?

¿Y si todo esto ocurriera dentro de un solo átomo

Que forma parte de una sola minúscula letra

De este manuscrito ínfimo y endeble,

Pero que podría contener en su submundo,

Visceralmente incomprensible,

Todo el Universo y la Vida

Tal y como la creemos conocer?

XVII

El secreto del Universo es que no necesita secretos,

No necesita ser explicado

Ni cuantificado con nombres, ni adivinanzas,

No necesita ser sepultado

Bajo estatuas de dioses olvidados,

Ni en bibliotecas descomunales y documentos de notaría.

Se abastece y autoconsume a sí mismo,

Es destrucción y creación perpetua,

Inagotable, carente de lógica y categorías;

Todo es aire del mismo aire

Un sacro fuego elemental y heracliteano

Que todo lo crea,

Y todo lo consume.

XVIII

Un agujero negro

Es un acontecimiento espacial que ocurre

Tras la muerte de estrellas colosales,

Que posee una densidad tan espeluznante y poderosa

De la que ni siquiera la luz puede escapar.

Una chica que conocí hace unos meses

De pensamientos poco elevados

Pero de una abstracción intrapersonal envidiable,

Me dijo, y cito textualmente:

“No puedo estar contigo porque eres demasiado denso”.

Quizás me dijo que era una estrella en extinción

O se percató de que la atraería

-expresándolo con parafernalia- fatalmente.

O que mi alma desposeída de fulgor

Absorbería sus rayos de luz sin misericordia,

Yo, el agujero negro, enfermo terminal;

Ella, la estrella juvenil, con la vida por delante.

Probablemente todo lo que quiso decir

Es que soy un patán oscurecido y narcisista,

Lo cual es triste, ya que cuando todo lo disolvía la noche

Y habitábamos una nada sepulcral,

La abrazaba y por momentos eternos

(milenios densificados en segundos),

Sentía su calor invadiéndola espesura

De mis pensamiento

Y la apretaba con más fuerza hacia mí

Para fundirnos en un solo ser.

Tal vez, en ese momento se confundió y creyó que la aspiraría,

Engulliría o cautivaría

-son sinónimos-

Y emprendió la retirada con los primeros rayos del sol,

Como si mi dominio fuera la oscuridad

Y el suyo, la desesperante luz del amanecer.

Es triste pensar en ello,

Que la disfrutaba, la acariciaba, la hacía cómplice

De mis intimidades más desnudas, y mis manías;

Y la quería,

Y a veces ella – cómo no – también me quiso.

XIX

Mi Universo se extiende desde el respaldo de mi cama

Hasta la puerta de mi habitación.

Todo lo que se ubica y acontece tras esa puerta

Es un caos enmarañado que puede fulminarme en un segundo.

Aquí, estoy seguro, en este cubículo de 4×4,

Seguro, aquí, enraizado por la gravedad

A un planeta que flota a la deriva en un sistema solar

De miles de millones de kilómetros de longitud,

Que a su vez flota en una galaxia de miles

De millones de millones y millones de kilómetros de longitud,

Que a su vez flota en una cadena eterna de galaxias

De una longitud tan vasta

Que convierte en una soberana estupidez el tratar

De medirla en kilómetros humanizados,

Que vuelve fútil el solo hecho de pensar en medirla.

Y sin embargo,

Aquí estoy, seguro, tan solo con echarle llave a la puerta.

XX

Venus, la diosa del Amor.

Venus, un planeta tan ardiente

Que es capaz de convertirnos en residuos atmosféricos

En un par de minutos.

Hay analogías que no necesitan

De ninguna explicación.

XXI

Si colonizáramos el satélite Europa,

Veríamos cada mañana al gigante Júpiter

Cubrir más de la mitad de nuestros cielos.

Seríamos como hormigas bajo el gran dedo

De un gran hombre gordo,

Y veríamos acercarse a esa enorme masa insoslayable

Cubriendo todo de sombras, pánico

Y finalmente

Silencio.

XXIII

Basta de estadísticas y probabilidades.

Basta de positivismo providencial.

Basta de batas blancas y anteojos majaderos

De incontrarrestables súpermegahíper-computadoras:

Estamos solos en el Universo,

Solos a la deriva como una lluvia en verano,

Como una barbería en medio de gigantes de hierro y acero

Que besan el cielo gris del desarrollo.

Solos y asustados,

Ateridos,

Con los pulmones repletos de tumores,

Juzgados,

Cuentas del agua, la luz

E inútil poesía.

XXIV

Dios está aquí,

Junto a ti, en la micro,

Durmiendo, con su cabeza

Contra el vidrio, volviendo a su casa,

6 con 23 P.M.,

Alameda con Vicuña Mackenna.

Dios yace aquí,

Asustado, mirando al cielo,

Esperando que el sol se expanda,

Que derrita su camino a casa,

Ofreciéndote una mano,

Un asiento vacío,

Soñando,

Resoplando;

En la insignificancia.

XXV

Una fuerza intergaláctica ha raptado mis versos,

Abdujo mi lápiz y colonizó mi memoria.

Se folla a mi imaginación,

Me provee de escenas inverosímiles,

De explosiones solares y cuánticas,

Despierta mis sueños

Adormece mis vigilias.

Una entidad holográfica, inmemorial

Posee esta acumulación exacta

De huesos ideas y sangre,

Reproduciendo el origen

Entre las cenizas de tu entrepierna.

Una esencia alienígena

Experimenta con mi cerebro,

Soberbio pero bien amaestrado,

En sus instalaciones quirúrgicas y asépticas

Erigidas en mi inconsciente.

Ahí yace mi cuerpo de espaldas bajo luces

Y mascarillas,

Soñando vacíos infinitos,

Mientras me es inyectada

La ilusión de la vida.

XXVI

A 130 mil millones

De millones de kilómetros

Se encuentra el límite del Universo.

En ese lugar el tiempo retrocede

13.500 mil millones de años…

¡Trece mil quinientos mil millones!

¿Y continuamos pensando que viajar 2 horas

Para visitar a la anciana madre,

Que una llamada de 2 minutos

A la novia que ha perdido su esplendor,

O que detener la mirada de un extraño

En la Alameda por 2 segundos

Solo para asegurarnos de que seguimos

Siendo lo bastante humanos,

En una pérdida de tiempo?

A veces creo,

No sin un cachito de dolor,

Que el Universo es demasiado premio

Para estos monos reflexivos

Que piensan que por bajarse de las ramas

Y caminar mirando al sol de frente,

Con un reloj de tiempo palpitándoles

A la izquierda de la corbatita de seda,

Ya son dueños hasta de lo que no conocen.

Dueños del alma la vida la aerodinámica la verdad absoluta y la intermedia la imprenta la belleza la poesía las mentiras la realidades disfrazadas la muerte ya dije la vida.

De todo aquello que venga con la firma de la NASA.

Dueños del tiempo,

Sí cómo no.

Pero no se confunda, no pretendo salvarme ni ser profeta,

Yo mismo me creo dueño de la verdad de repente,

Bajo la ducha,

Mirando por la ventana en algún bus

O cuando tomo el lápiz y sentencio corolarios de realidad;

Como Jesús a los fariseos

Como Jesús a los mercaderes de Jerusalén,

¿Y qué cresta sabía el Mesías de la ley de oferta y demanda

En la economía?

No se confunda,

Yo mismo soy de los primero en estirar la mano

Pidiendo agradecimientos y loas

Cuando me patean la jaula.

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