Viernes de Abril

      Invadida por el deseo de realizar algo productivo, decidí simplemente ponerme a pensar. Es curioso, durante el día siempre estamos pensando, pues no hay manera de poder colocarle un «stop» a nuestra mente como a cualquier serie, video, canción o película. Nuestros pensamientos van al mismo ritmo que el tiempo… Avanzan, nos invaden, los tenemos justo allí, y aún así muchas veces suelen pasar desapercibidos. El tiempo me parece algo similar. Está allí, no se detiene en ningún momento, simplemente avanza y arrastra consigo partes de nosotros, sin embargo estamos lo suficientemente ocupados (o negados) para siquiera notar que cada día algo de nosotros se quedó atrás, mientras que algo nuevo vendrá.

      La cuestión es que sencillamente decidí hacer eso, pensar.

      Sudada por una rutina de ejercicios que había realizado previamente, tomé la iniciativa de llenar la tina hasta el tope, cerrar la llave para que dejara de llenarse y posterior a eso me sumergí lentamente en uno de mis elementos favoritos, el agua. Cerré los ojos y sentí cómo se relajaba cada músculo de mi cuerpo… Sonreí genuinamente y moví mis pies que estaban apoyados en el otro extremo de la tina.

      Me sentía tranquila, que para mí es un equivalente a estar contenta.

      Luego de haber estado unos minutos con los ojos cerrados y sintiendo cómo flotaba levemente en el agua, los abrí para contactar nuevamente con la realidad.

      Fue bastante extraño lo que sentí justamente en ese momento. Normalmentre, cerrar y abrir los ojos no me genera ningún tipo de extrañeza… Desaparezco la realidad por un instante y vuelvo a ella, y así sucesivamente, considero que estamos programados biológicamentes de cierta forma para que eso sea así, pues ver la vida con rareza luego de haber mantenido los ojos cerrados un tiempo sería bastante desesperante. Sin embargo, esta vez fue totalmente diferente.

      Me encontré con el baño, otra vez. Yo seguía en el mismo lugar, claramente (sería extraño que no haya sido así), sin embargo lo que veía, o la forma en que lo hacía, ya no era la misma que los diez minutos previos a sumergirme en la tina. Esta vez vi el techo, las cortinas y luego volví a ver mis pies.

      Y pensé: ¿Qué es todo esto?

     Yo sé, parece un poco extraña esa pregunta que me hice, pareciera que repentinamente lo que se me hacía normal, dejaba de serlo.

      No sabía distinguir si esto se trataba de una crisis existencial o de un espidosio de desrrealización. (Un fenómeno psicológico, sería interesante que indagaran en él).

     Las preguntas me invadieron, lo cual no es primera vez, sin embargo esta vez decidí prestarles más atención… Quizás el curso de filosofía que estoy haciendo influyó en que mis preguntas dejaran de pasar desapercibidas. Esta vez me sumergí en ellas de la misma forma que lo estaba en la tina. Mis pensamientos eran como el agua que se esparcía en todo mi cuerpo… Y la sensación era la misma, placer y un poco de temor, pues para ser sincera el agua me da un poco de miedo, al menos cuando estoy en un estado bastante vulnerable frente a ella (quizás sea otra de mis rarezas, quién sabe). Y mis pensamientos me generaban el mismo temor… No sabía si podía tener la fuerza suficiente de controlarlos a ellos o si ellos tendrían la fuerza suficiente de ahogarme a mí.

     La cuestión es que respiré profundo y me permití disfrutar de la incertidumbre de la vida. Por un instante la existencia y el hecho de estar aquí se nos hace bastante normal, no le damos muchas vueltas. Pero a veces sucede algo, no sé exactamente qué es, podría describirlo como un golpe de realidad que te toma cuando estás tan desprevenido/a y repentinamente la existencia comienza a ser un misterio más. O al menos, un misterio para mí.

¿Cómo apareció el agua?

¿Cómo existe algo como un baño?

¿Cómo y por qué existo yo?

¿Cómo es que este cuerpo (el mío, mi recipiente) me acompaña cada día, se mueve e interactúa con otros?

¿Qué es lo que está dentro de toda esta materia? ¿Alma, energía?

¿Cómo puedo sentir esta sensación que me genera el agua?

¿Cómo es que puedo respirar, y cómo es que estamos aquí?

¿Por qué hay algo en vez de no haber nada?

      Yo sé que dependiendo de la religión cada uno tendrá sus respuestas, soy partidaria de que cada quién necesita refugiarse en las respuestas que mejor logren calmar la ansiedad de no saber qué sucede en el mundo. Sin embargo en ese entonces ninguna respuesta parecía calmarme ni convencerme, en ese entonces nada como la religión ni la filosofía podía ayudarme.

      Quizás soy un poco terca, quizás siento que nadie tiene la razón… Pero no me mal entiendan, no es una cuestión de narcisismo porque yo tampoco siento tenerla. Simplemente siento que en el mundo hay cosas que no tienen respuesta por más que las personas se esfuercen en encontrarla. Acepté y vivo el duelo de que estamos limitados como seres humanos y por tal razón estamos condenados en no poder responder a todos los planteamientos filosóficos que tenemos. Lo único que quedará será tener ciertas teorías con los fundamentos más cercanos a la realidad, y rezar para que estemos en lo cierto, pues el ser humano necesita estabilidad.

      Sin embargo, algo en mí siempre estará vacío. Algo en mí siempre estudiará, escuchará, aprenderá y vivirá, aún cuando sé que no es la realidad en su forma más auténtica.

     Me pregunto, ¿Qué será la realidad sin la forma que le damos? ¿Qué será la vida y la existencia realmente? ¿Qué es lo que está detrás de todas nuestras limitaciones sensoriales?

      Para unas personas se les hará absurdo que me haga estos cuestionamientos, que quizás estoy perdiendo mi tiempo con preguntas que jamás me podré responder y que es mejor vivir y no angustiarme por estas cosas.

      Tienen razón, no diré que no. Sin embargo otra particularidades de los pensamientos es que uno no elige tenerlos allí, simplemente vienen a ti en el momento que menos lo esperas. Yo no desperté queriendo tener una crisis existencial, tampoco pensé en que eso me sucedería mientras llenaba la tina.

     Así es la vida… Avanza, suceden cosas que no entendemos y tratamos de sobrellevarla de la mejor manera. Quise compartir esto con ustedes porque lo sentí relevante, creo que la vida nunca debería pasar desapercibida y que es bueno ser conscientes del simple hecho de que existimos.

      Espero que todos tengamos más viernes de Abril.

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