Viento de invierno en una primavera veraniega.

Viento de invierno en una primavera veraniega.

Sasi

03/04/2023

Sábado 18,54 en una ciudad cualquiera, cielo azul con nubes pintadas de blanco, viento suave del norte…, un coche gira a la derecha y comienza el ascenso de una calle cualquiera, ancha y nueva.

– Su destino esta a su izquierda, dice una voz metalica que sale de su interior.

Ninguna plaza de aparcamiento libre, mientras su conductor otea a diestra y siniestra…

Al fondo de la calle hace un giro de 360° en busca de un lugar donde detenerse.

19,01, el coche se detiene en doble fila mientras con la vista busca a alguien, con quien quedó seis días atrás.

Una mujer guapa, bien vestida, elegante, pelo rizado al viento, se inclina mirando en el interior de un coche.

Miradas que se cruzan, sonrisas que se atisban, manos que se señalan.

Ella, falda negra hasta la rodilla, medias negras, zapato de tacón, camiseta gris claro, pañuelo en el cuello, chamarra negra, labios ligeramente rosados, ojos oscuros con parpados maquillados sutil y elegantemente, pestañas pobladas, cejas arregladas, cara morena, brillo de luz…

Primeras palabras, primeras miradas… mientras se dirigen a ese destino conocido.

Preguntas que se cruzan con respuestas, sonrisas que inundan el coche, gestos….miradas.

Primer pica con tostada, primera cerveza 00 que degustan juntos, sentados en sillas tipo taburete, rodeados de un ambiente cálido y acogedor, frente a frente sin una mesa que los distancie, donde las piernas apenas se separan por escasos centímetros de seguridad.

Vidas que empiezan a desenvolverse con delicadeza y cuidado, preguntas que van y vienen, miradas que impactan.

Vidas que se cuentan con total naturalidad, vivencias que se narran mientras en las mesas de al lado van y vienen nuevos clientes.

Tiempo que se detiene, reloj que deja de andar entusiasmado por la conversación.

20,56 de una noche que comienza a entrar en un pueblo cualquiera, rodeado de montañas, donde el aire frio desciende sigilosamente.

Hora de volver, hora de volver a coger el coche , hora de seguir preguntando mientras las respuestas van y vienen.

Hora de miradas, hora de brillo en los ojos, hora de risas y bromas…

21,27 entrada a ese restaurante que apareció por algo especial.

Gente y más gente en la barra, mientras degustan un zurito y las miradas van y vienen.

22,02…mesa reservada en un lugar lleno de intimismo, bucólico…rodeados de gente y más gente.

Sentados en forma de L, cercanos, próximos, juntos….donde las manos casi se rozan al degustar ese txakoli…con personalidad, frío y agradable.

Ensalada de tomate con cebolla, alineado con vinagre de modena y aceite virgen extra, con un puntito de sal.

Manos masculinas que sirven, quizas torpemente por esa falta de costumbre.

Tomate que se degusta con ese sabor dulce y suave.

Vidas que siguen desenvolviendose muy suavemente, sin hacer apenas ruido al quitar ese papel que las cubre.

Miradas entre ese picoteo de esos Champiñones a la plancha.

Preguntas y respuestas, bromas y risas, roces de pies apenas perceptibles…

Lubina al horno acompañada de patatas panadera encebolladas con esa chispa de sal.

Plato exquisito que degustan sin dar descanso a su lengua, mientras sus ojos se cruzan una y otra vez.

Infusión de frutos rojos y café con leche dan fin a esa cena…distinta…especial…amena…educada…, donde la tertulia final se alargó hasta el más allá, donde los distintos comensales fueron abandonando el local mientras se sucedían las preguntas y respuestas en una mesa cualquiera.

00,07 de una noche de invierno en una primavera veraniega. Lluvia fría, viento invisible que se deja notar, ganas contenidas de arropar para calmar ese frío, ..respeto, …educación.

Un pub les da cobijo con su gente y calor, luz que brilla en esa oscuridad, manos que tocan con suavidad un hombro, miradas que van y vienen.

Primer baile, primera vergüenza que aparece…como escondida en esa mochila.

01,18 de un domingo que apenas comienza, frío y ventoso.

Coche que emprende el camino de regreso a una casa cualquiera.

01,29 llegada al punto de salida.

Miradas que hablan más que diez libros abiertos, abrazo de despedida, besos en la mejilla.

Puerta que no se abre, miradas que se encuentran, abrazo de algo más, manos que se juntan, dedos que se buscan, besos en la… comisura.

Puerta que se abre, despedida con fecha…de reencuentro, sonrisa complice…gracias por todo!

Coche que arranca en busca de ese lugar conocido, mientras la mente gira y gira recordando cada instante de esa tarde de sábado en una ciudad cualquiera.

Motor que descansa, mientras unos dedos comienzan a teclear en el movil ese agradecimiento a esa velada tan especial.

Un wassap viaja por el aire sin nada que le detenga.

600 segundos tarda otro wassap en volver al inicio.

Teléfono que suena a las 02,15 de un domingo que comienza.

Tres pitidos….y alguien responde al otro lado.

Voz especial, reposada, con cierto aire de erotismo…

Conversación de 73 minutos, sincera, especial, íntima…donde la noche y la luna son testigos, donde la mente que parecía dormida, despierta del todo, donde la luna arrima su oído embelesada por lo que escucha, mientras le guiña un ojo a una nube descarriada, que se encuentra en su camino y con su delicada mano la dirige donde sus hermanas.

03,26 domingo, noche invernal en una primavera veraniega, lluvia que golpea el cristal de dos casas cualquiera, mientras el viento del norte agita las ramas desnudas.

Luces que se apagan, teléfonos en la mesilla, mente que sueña, ojos que se cierran.

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