Fue hace unos años. Una chica de copiloto, otra chica detrás suyo y un chico latino recién llegado. Mientras detrás guardaban silencio, yo hablaba de cómics con la copiloto. Aprovechando un silencio incómodo, el chico latino interrumpe con una pregunta: “qué opináis de que las chicas viajen solas??? Yo a mi novia no le dejo”. Fueron sólo unos segundos, pero  pasamos del silencio a los gritos femeninos seguidos de “cliks” que soltaban cinturones. Tuve que parar el coche, sino hubiera tenido que llamar al forense. 

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