Quid pro quo, el diablo está contento con el trato, pero francamente el mito rebasa la estupidez. Siendo el diablo un malvado, no le veo razón para llevarse al hoyo a otro malvado. Si yo fuera el diablo, me llevaría a pura alma buena, para martirizar, corromper, roer, enloquecer. Al fin y al cabo la maldad no crea, solo transforma a aquello que en reposo espera a Dios, pero como este siempre llega tarde…

Quid pro quo. Yo si podría sentarme en una esquina a observar con devoción la destrucción entre aquellos que dicen conocerse, pero qué solo basta un leve susurro para que se destruyan mutuamente. ¿Por qué no lo haría?, si conmigo lo han hecho. Yo también he sido el payaso de circo ajeno, en el que nunca fui contratado, pero hice reír gratis a los espectadores. Mismos que después al verme llorar seguían riendo. La estupidez les volvió crueles que ya no sabían distinguir entre la payasada y la tristeza, de forma que podían matar al payaso y seguir riendo. 

Quid pro quo, algo a cambio de algo, así funciona el mundo. Usted me da su vida y yo le doy la muerte. Usted me da dinero y yo le doy algo que usted cree necesitar. Usted me da su dinero y yo simulo que me importa. ¿A quién carajo le va a importar un payaso? Al diablo, al diablo siempre le importa aquel que todavía no es malvado, pero qué podría ser un gran prospecto.

….

No entiendo nada, al menos que me ofrezcas algo concreto, sin rodeos.

Ciertamente, te estoy ofreciendo la oportunidad de decir la verdad que convenga, a cambio de ella, te dejaré seguir siendo lo que eres, pero si no lo haces, ya no serás nada.

Quid pro Quo. Está es la verdad conveniente:

Todos son unos estúpidos, mientras ustedes se duermen el los alelos de su gloria y planean la estocada final hacia el débil, por su espalda acecha un perro furioso listo para morder y arrancarles el alma. Para la persona que entendió le vale ser cauto, para el que no, le vale seguir siendo tonto.

Después de aquellas palabras el buen Frank fue despedido de su gran puesto empresarial. El diablo durmió con la novia del gerente y el gerente cogió con la mujer del payaso y el payaso se divorció de su falso contrato. Así acabó, algo a cambio de algo: ellos tienen su falsa paz y yo soy dueño del perro.

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