En mis manos aun reposa tu fragancia, en mi pecho aun arden las caricias hechas con tu barba en crecimiento, en mis senos aún se sienten tus labios jugar con tu lengua, en mi corazón la adrenalina por hacerlo en un lugar “publico”, en mis las ganas infinitas de coger contigo sin mente y sin tapujos, olvidándonos de lo que somos y de lo que representamos. ¿Está mal para nuestra sociedad?, si, lo está. Quizás estoy cayendo en moralismos, pero por lo que somos estamos prohibidos, nos queda la clandestinidad, así que vámonos, no hay tiempo que perder.
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