Cómo no olvidar aquel catorce de abril,

sí fue un sábado que reflejo tu sonrisa.

Pues fue en ese instante que, al contemplar tu carisma,

mi alma se llenó de amor y alegría.

Mujer de voz agraciada,

que la briza te alcance y acaricie tu mejilla

y que el mismísimo dios Eolo conspire conmigo,

porque le dije que susurre a tu oído.

“Espero que mis versos no carezcan de sentido”.

“Sé feliz, cumple tu objetivo”.

Admirado estoy porque nunca te has rendido.

Me pregunto, te miro.

¿Por qué te vas a rendir?

¡Si estas rodeada de grandes amigos!

Mirad que el tiempo se llevó más de siete meses de nuestras vidas,

afortunadamente lo congelé en una fotografía.

Me declaro un cobarde y un buen actor,

fingiendo que solo es amistad y no amor.

Me declaro un cobarde y un buen actor,

a falta de poco tempo, a falta de tu amor.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS