Hola, mi nombre es Román, tengo casi cuatro años, si soy un niño, acabo de mudarme a un lugar extraño, es un pueblo se parece mucho a donde viven mis abuelos, hay parcelas de maíz y alfalfa, cuando observo la amplitud de lo que puede observar mi pequeña vista yo solo veo dos casas, si y una es donde se queda mi familia, también hay vías donde pasa el tren nunca había visto uno, dentro del tren hay personas, siempre que pasan les digo adiós, es muy bonito despedirlos, el pasto del lugar es alto, hay tuzas y chapulines, de mi casa de la ciudad de animales solo nos trajimos un gato que mi tía Josefina nos dio porque ella ya tenía muchos y un conejito que mi padrino nos regaló, la casa en donde me quedo con mis cinco hermanos y mis papas es chica, tiene un solo cuarto, una ventana y la puerta, ambas se encuentran en la misma pared, el techo es de cartón, es casi igual que el dibujo que le regale a mi papá un día, de haber sabido que le gusto tanto mi dibujo que hasta hizo una casa igual, mejor hubiera hecho una con techo y piso de piedra , he descubierto que es divertido estar en el campo, hasta que la otra noche nos pusimos a carrear agua porque no había en esa casa y el agua solo llegaba después de que el sol se escondía, yo traía una cubeta pero el agua siempre se me caía, idee un plan con mi hermano le dije que llenara mi cubeta para que cuando llegue a la casa alcance a llegar más agua, fue inútil, cuando lo lleno simplemente no pude levantarlo.
Oye, ¿alguna vez has tenido la sensación de ser atropellado? Ayer yo tuve esa sensación el tren iba a pasar salí corriendo para despedirme de los pasajeros de aquel tren azul como era de noche no alcanzaba a ver nada, solo una luz acercándose rápidamente hacia mí, sentía que pasaría sobre mí, corría de un lado hacía otro pero el tren me perseguía, hasta que el tren tomó una ligera desviación, es ahí cuando me sentí aliviado, ahora me doy cuenta que jamás me ira a atropellar, pues los trenes solo recorren las vías que definen su trayectoria, eso me dijo mamá, pero desde esa noche vivo con la preocupación si realmente el tren respetará la casa, sobre todo cuando ella no este, ahora más que nunca cuando oigo al tren acercándose corro rápidamente hacia afuera para que el tren vea que hay niños viviendo ahí, ha llegado la madrugada, es hora de dormir nos cambiamos y nos acostamos en nuestras camas, me gusta dormir con mi hermana porque ya no se siente el frío del campo.
A pesar que nos hemos acostado mi padre está afuera de la casa sentado cerca de la puerta cortando un enorme naranja, me acerco para pedirle que me corte una, él es muy astuto me lo da sin siquiera pedírselo, justo cuando la quiero tomar mis pies dejan de tocar el suelo, tengo la sensación que con mi mano izquierda he tomado un globos inflados que me hace flotar por lo cielos, estoy volando es extraño, poco a poco veo desaparecer a mi padre quien no se inmuta por el hecho de que estoy volando, nunca en mi vida me había pasado, ¿es normal?. Cuando volteo hacia mi izquierda veo a una señora sosteniéndome del antebrazo no siento el peso de mi cuerpo, ella no se deja ver la cara, sé que es una señora porque lleva un vestido blanco parece bastante viejo y al mismo tiempo ligero, ella es delgada, sus manos son grandes y sus uñas… también, estamos descendiendo hemos llegado a una cueva, me sorprendí cuando veo que hay 6 o más niños aquí; no tienen miedo, ven y tratan a la señora como si fuera su madre, la señora me dice que ellos son mis hermanos y que a ella le diga mamá, hay un problema conmigo pues yo ya tengo a una madre amorosa, supongo que alguien vendrá por nosotros pronto, estoy sorprendido pero no tengo miedo.
Los niños tienen pijama, nos quedamos en la cueva sentaditos, la señora nos ve como sinos estuviera contando, luego se va del lugar, un niño alto me dijo que no la hiciera enojar y que no le vea la cara, luego con su dedo señala el piso, aunque era obscuro la fogatita alumbraba a una niña tirada, con la cara marcada, su cuerpo estaba mojada en su sangre, solo eso, la señora aparece después de un rato con una nueva niña, ahora entiendo porque la tenemos que recibir con una gran bienvenida, es porque en realidad queremos que nos lleve con nuestras familias, sin molestarla, la nueva niña estaba sorprendida inmediatamente sale corriendo, paso lo que todos temíamos la señora se enoja y nos deja ver su cara putrefacta cubierto por una tela casi blanca, y nos grita con su voz realmente grave, un olor sumamente espantoso se desprende de ella, nunca había escuchado esa voz ni olido aquello, alcanza a la niña y la vuelve a meter, una vez se tranquiliza el hermano alto le enseña el cuerpo sin vida, y le dice no huyas; realmente todos queremos irnos pero nadie quiere molestarla porque se enoja, supongo que es como todos los adultos si les insistes mucho en algo te regañan, pronto amanecerá, la señora llamo al niño más grande lo acostó en su regazo, lo abrazo, y mi hermano se durmió para siempre, lo sé porque su piel se tornó blanco azulado, y no duerme como un niño lo haría, ya no se mueve ni siquiera patalea, ha llamado a otro niño, todos lloramos pero nadie tiene el valor de huir, el sol por fin sale.
Estoy escuchando la voz de mi madre hablando con papá, me levanto, estoy en mi casa, corro con mi mamá y comencé a llorar porque había pasado la noche donde ella no estaba, mamá insiste en que fue un sueño, es amable y aunque sabe mucho, me quiere engañar, si realmente hubiera sido un sueño no tendría en el antebrazo izquierdo esta marca, que duele hasta el hueso, es color morado, con la forma de la mano de la señora, justo de donde me agarró la noche que me rapto volando, mis hermanos los verdaderos han visto la marca y están sorprendidos porque se ve la mano de la señora claramente en mí piel, mamá me ama por eso me engaña, ella no quiere verme llorar.
Ha pasado 4 años después de aquella noche, hoy escuche a la señora gritar ¡Ahhhh!, el sonido venia por las vías de algún lugar lejano, era ella estoy seguro, nadie puede tener las misma potencia que ella al gritar, papá la escucho y se espantó lo entiendo, me acorde de lo que yo viví, tengo miedo no puedo pensar, veo a mamá ella dijo que nos iba a cuidar y me tranquilizo poco a poco. Pero… los niños de la cueva no los puedo olvidar, deseo que los hermanos que estaban conmigo aquella madrugada hayan podido llegar a casa sanos y salvos, como yo lo hice, no pude hacer nada por ellos, ojala sus mamas también les hayan dicho que fue solo un terrible sueño, si tú eres un niño que ha estado en la cueva, cuando la gente te pregunte sobre la llorona solo diles lo que yo, “alguna vez soñé con ella”, no vaya a ser que al afirmar su existencia, un día de estos se le ocurra regresar.
OPINIONES Y COMENTARIOS