Una historia de amor perruna

Una historia de amor perruna

Una historia de amor perruna

¿Qué es un perro?

Sin duda es una de las mejores experiencias en la vida, no hay una forma adecuada de definir que es un perro, pero hoy intentaré dar una aproximación por medio de esta experiencia de amor subjetiva.

Laira llega a mi vida cómo un regalo, regalo dado por un otro que compartió las crías de su perro con personas “especiales”. A los 40 días de nacida es recibida en mi hogar, no cómo un perro, sino cómo un integrante más de la familia, esperada, vista en fotos, pero cuando me dirigí por ella, nuestras miradas se cruzaron, hubo una sintonía de corazón a corazón, y así es cómo inicia a robarse mi corazón ,era una bolita de pelo , hermosa con un olor característico de los cachorros, se perdía entre las almohadas de la cama, no podía subirse sola a la cama, jugaba con cualquier objeto y sus ladridos eran un desfogue de ternura, poco a poco sus dientes se hacían más filosos y era testigo mi cuerpo, con mordidas de “juego” en la nariz, dedos y brazos.

Con el paso de los meses, realizaba un seguimiento a su peso y talla pues crecía a pasos agigantados , con ello se veían cambios en su comportamiento, juguetona, no dejaba un zapato o media buena , destruía su cama, los muebles, se bajaba y se subía a la cama , con toda confianza, luego algunos quebrantos de salud, por alergias, los cuales requirieron de visita al veterinario y un tratamiento farmacológico , así como una dieta en comida específica, su alegría al saber que ya venía llegando a casa y cómo me recibía es algo que he grabado en mi corazón . En lo cual continúa siendo igual, su alegría al verme y la forma de recibirme sea la hora que sea, siempre está presente, batiendo su cola de un lado al otro, así me haya ausentado unos minutos, siempre me recibe igual.

Con el paso de los años ha crecido, fue esterilizada y no tuvo crías, ha pasado de jugar en llevar y traer la pelota por senderos extensos, a ir un poco más despacio y jugar eventualmente en el parque con un palo (palo que debe ser encontrada por ella y que no tenga rastros de que ha sido usado por otro peludo) de esta manera lo trae para jugar y luego los desintegra, sin permitir mayor vínculo de “otros” peludos, pero si me hace parte de su juego. Cuenta con una inteligencia que le permite seguir algunos comandos y traer varios juguetes según lo solicite, aprendió a tener rutinas de idas al pasto y solo allí realiza sus necesidades. Como también es territorial y no soporta que otros perros se acerquen a quien cuida de ella – yo.

Laira ha sido un soporte, ha sido una compañía, es un ser incondicional que ha secado mis lágrimas y me ha ayudado a levantarme del piso, cuando la tristeza y melancolía invaden mi ser, aparece ella con su pelota para jugar o simplemente se acuesta a mi lado. En noches de insomnio fue mi mejor medicamento, pues su respiración y ronquidos al lado mío, era lo único que me permitía dormir. Se ha convertido en una compañera que está en el estudio, en la habitación, en la sala, en la cocina, en el baño, en el balcón acompañando o tal vez “supervisando” mis actividades en cada uno de los espacios en los que me desenvuelvo.

Despertarme y ver esos ojos miel claros, grandes y hermosos que están mirándome fijamente, con un respirar pausado y recostada en la almohada del lado, es una sensación que no tiene explicación, ya que puedo sentir, una mirada alentadora que me dice levántate y lucha, hay que trabajar por mis “croquetas”. Laira y sus formas de ser, aportan a mi vida; paz, tranquilidad, felicidad, compañía, ánimo de vivir y un continuo sentimiento de amor desbordado, que me motiva a llegar a casa y ver como se alegra por mi llegada.

En este momento observó cómo su marcha se torna un poco más lenta, pero su percepción sigue siendo la misma, su vista, olfato y sentidos los observo igual. Así cómo observó un amor sincero que me genera tranquilidad y estabilidad psíquica, solo tengo palabras de agradecimiento a Dios y a esa persona que permitió que mi perro llegara a mi camino, en el cual estas almas se encontraron para crecer y hacer de mí una mejor persona, por medio del amor, el amor verdadero y compañía incondicional, que me ha brindado. Sé que el paso de los años va llegando, pero no pienso en nada mas a futuro, solo en disfrutar cada día e instante con ella y en todo lo que me aporta su compañía.

Respondiendo a la pregunta con la que inicie esta historia de amor perruna, habrán sujetos para quienes un perro; es un guía, un soporte emocional, un cuidador de casas de fincas, hay otros a los que entrenan para ser antiexplosivos, rescatistas, otros que son para mostrar en ferias y generar crías por las razas y belleza, hay otros a los que les regalan un perro en un momento de su vida, hay niños a los que sus padres o cuidadores les regalan estos caninos como premios o incentivos de “responsabilidad”, para mí un perro es todo lo anterior y más, ya depende de la decisión y la forma en cómo los asumimos y la forma en como ellos respondan a nuestros pedidos y necesidades, de lo que si estoy seguro , es que un perro sea cual sea la tarea que venga hacer a este mundo , debe ser tratado de una manera cuidadosa, con amor y con todas las garantías integrales para un sostenimiento que le genere estabilidad física y psíquica tanto al canino como a sus cuidadores.

Agradecimiento en vida a mi canino Laira.

Nixon Steven Hincapie Ramírez.

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