Una analogía – la escuela y la calle

Una analogía – la escuela y la calle

Muchas veces hablo y siento la calle como escuela.

Y lo es en muchas formas, y una de esas tantas es muy cruel y oscura, un tanto invisible y dolorosa, y es preciso comenzar a mirar. (y gritar, desnaturalizar, y actuar)

La escuela que no presta la debida atención al niño que no puede comer.
La calle como práctica de buscar qué tragar.
La escuela dividida por grados según la edad.
En la calle están todos juntos los que no tienen lugar.
La escuela tiene un ratito para que los chicos coman su golosina.
La calle queda con los que se quedan sin un plato para morfar.
La escuela como un libro con calefacción.
La calle como alumna del frío hasta los huesos.
La escuela con su micro y boleto escolar.
La calle sin un pasaje para poder estudiar.
La escuela como peaje para un futuro mejor.
La calle como un presente sin pies ni mención.
La escuela con el abanderado que defiende a la nación.
La calle como frontera hasta donde llega el estado.
La escuela como método para prestar atención.
La calle que te olvida si no estás atento.
La escuela que te enseña a levantarte temprano.
La calle como maestro de dormir con los ojos abiertos.
La escuela que te presta la lapicera si te olvidaste.
La calle que no perdona si no tenés con qué abrigarte.
La escuela que toma examen de problemas matemáticos y dinero.
La calle que no ve un billete.
La escuela con competencias y contenidos acelerados.
La calle que se desvive por conseguir el mejor cartón.
(pero ojo, que si no aprobás, al otro día no te despertás.)
La escuela que reparte 10 si no tenés faltas.
La calle que reparte faltas si no tenés salud.
La escuela que elije por votación al mejor compañero.
La calle que te lo muestra desnudo cuando divide el pan.
La escuela que felicita al más prolijo.
La calle que no tiene con qué arreglarse.
La escuela que canta el himno con todos de pie.
La calle que quiere cantar para olvidar.
La escuela con sus tachos llenos de paquetes de alfajores.
La calle con sus contenedores llenos de pibes buscando.
La escuela con sus boletines y su orientación vocacional.
La calle con sus changuitos con lo que haya para cargar.
La escuela con su uniforme para que todos sean iguales.
La calle con la ropa encontrada que mientras abrigue da igual.
La escuela que te quiere enseñar a compartir lo que tenés.
La calle que comparte lo que no tiene.
La escuela que te educa para trabajar.
La calle que te educa para sobrevivir.
La escuela que te sugiere un futuro porque supone un techo que tiene que estar.
La calle que escupe presente en cada suelo que pisás.
LA CALLE CON EL TECHO QUE NO ESTÁ.
La escuela que tiene un recreo para disfrutar.
La calle llena de pibes que no pueden jugar.
La escuela pintada con sus nuevos murales.
La calle decorada con gente sin hogar.

La escuela sin presupuesto.
La calle sin proyecto.

La escuela que quiere hablar
de educación integral y sexual
la calle que no puede ir a la escuela para escuchar.

La escuela que quiere educar a la escuela
la calle que no sabe para donde apuntar.

La calle que no va a la escuela
y no puede mirar.

La escuela
que no va a la calle
y no puede ver.

– la calle se cansa
De patear los dias
Buscando que cargar.
La calle se cansa.
La vida se cansa de no tener dignidad.-

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