UN VIAJE INESPERADO

Estaba caminando por el valle de la desconfianza y me encontré con la fe; ella me dijo que la siguiera, seguí caminando ingenuamente y entramos a un túnel tan oscuro, tenía miedo, pero la fe no me ayudó más de mí se alejó; sinceramente, creo que aquella pasó por un camino equivocado y murió
Seguí caminando por aquel valle, me encontré con unas colinas de la autoestima, aquellas tenían en el punto más alto “grietas de críticas”, seguí caminando y me tropecé con una “piedra del dolor”, aquella me hizo resbalar y caerme en aquellas grietas, pensé que la fe me iba a ayudar, cuando en realidad nunca regresó.

Estaba desesperado y encontré unos lazos de amor, colgados en unas ramas de un árbol llamado “traición”, crecieron en aquellas grietas, pensé que eran útiles para poder salir de aquel lugar, confié en esos lazos de amor, estaba escalando entrelace los lazos con una roca puntiaguda, aquellos lazos se comenzaron de despedazar y caí.
Cuando estaba cayendo, vi que abajo estaba un dragón, aquel dragón decía ser llamado “venganza”, que con aquel fuego podría destruir todos esos malos hábitos que tenía al confiar mucho en las cosas, ignore a aquel dragón, me ayudó a salir de aquellas grietas; tenía unas alas muy grandes, pero con heridas y golpes fuertes

Cuando estaba fuera de esa grieta seguí caminando, de repente observé dos chicas conversando, ellas hablando de mí, sin aún conocerme, se me acercaron y se presentaron, una decía ser llamada amistad y la otra hipocresía, me invitaron a su casa, hicimos un trío y tuvimos sexo
A la mañana siguiente, ellas no estaban, se habían robado todo lo que yo tenía, lo más triste fue al enterarme que se robaron mi amuleto, aquel tenía un hombre y se llamaba confianza, fuí a buscarlas; las encontré en un bar, estaban vendiendo mi confianza a dos extraños

Una mujer muy seductora llamada mentira, la otra no quiso decir el nombre, era muy callada y no decía ninguna palabra. Poco después, ellas se sentaron junto a mí y negociamos, les dije que ya no quería mi confianza, quería saber el nombre de aquella mujer tan misteriosa, ella me miró a los ojos y salimos a tomar aire, hablé con ella y le pregunté porque no permite que las personas la conozcan
Ella me dijo, no es necesario que me conozcan ahora, me conocerán con el tiempo, cuando me conozcan comenzarán a golpear sus cabezas, sacarán sus propios ojos y terminarán acordándose de sus malos hábitos, después de escuchar tantas palabras que me dejaron impactado le pregunté: ¿Cómo te llamas?

Ella me dijo:

_ hombre, soy el karma y cuídate de mí.