Mis manos tiemblan, mi cuerpo lleno de hormigas, mis ojos arden frente a un gran espejo, cuanto llevo aquí?.

Sentado en un bar, con dos dedos me undo los ojos mientras fumo mi cigarrillo, el mesero regresa con mi siguiente trago, sosteniendo la botella, mi cabeza empieza a escuchar a mi compañero, mientras mis oídos los ignoran, después de un buen rato, siento como mi cuerpo empieza a seder, mi cabeza empieza a deslizarse en el respaldo del sofá. Después de unos minutos de gozar como el licor recorre cada rincón de mi cuerpo, miró a mi al rededor con mi mirada derretida y mi agitada respiración, el mesero a lo lejor me mira y camina hacia mí y recogiendo mi vaso mientras con la mano le marco uno mas.

Cuando el mesero regresa de entre el humo y mi mirada perdida miro como dos grandes ojos me observan del otro lado del bar., sin poder distinguir le digo al mesero que me averigüe quien es esa persona que me penetra con su mirada, después de poco tiempo el mesero regresa con otro trago y una nota, trato de incorporarme hacia la mirada extraña pero ya no está. Tomó el trago con un gran sorbo y lo dejó a un lado de la nota que está boca abajo.

Una hora antes había experimentado algo extraño, vi pasar dos personas a lo lejos como si estas estuvieran desplazando los pies, a mi lado derecho había una persona que me acompañaba la cual tampoco estaba, me sentía acompañado pero cuando vomteaba no había nadie, era algo extraño pero lúcido.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS