Tengo sed de tu cuerpo. Esta noche no quiero que quede ni un solo rincón de tu piel sin ser tocada por mis labios. Deseo embriagar me con la miel de tus delicias, ese nectar que se oculta en el medio de tus piernas; para luego penetrar con ímpetu, tu excitante intimidad de mujer.

Quiero sentirte completamente mía, que no exista más sonidos que el de tus gemidos inundando a mis oídos. Tú cuerpo y el mío bañados en sudor en este pequeño motel. Nuestras pieles saciando se, mientras se queman de pasión y lujuria. Sintiendo me el único dueño de tus encantos de mujer.

Tú y yo en un pequeño motel, donde haya tiempo para amarte a mi manera. Amarnos sin condición ni remordimiento, en completa libertad; para calmar este fuego que se aviva cada vez que hacemos el amor.

Rasga con tus uñas mi espalda, acaricia con tu lengua y labios cada rincón de mi cuerpo. Te haré vibrar de placer antes de que el día nos sorprenda, tu cuerpo sera mi obra de arte griego, lograré estremecer cada una de sus fibras con mis manos e imaginación.

Me encanta verte excitada, pidiéndome más y más, provocando que tu alma salga por tu boca, mirar cómo muerdes la almohada cada vez que te hago mía. Me provocas tantas sensaciones que me he vuelto adicto a ti. Nuestros cuerpos formando uno solo, encajando como dos piezas de rompecabezas sobre una mesa de madera.

Sí amarte y desearte, me lleva al infierno, no me importara, porque para mí, tú eres la misma gloria, es vivir en el propio paraíso. De donde soy inmensamente feliz.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS