Un día Inesperado deseado

Un día Inesperado deseado

Donato Guzman

27/09/2021

Ese día sali temprano de casa, tome el bus que me llevaría a una ciudad donde abordaría otro bus  que me llevaría al lugar de trabajo que apenas alcance, pues el bus ya estaba en marcha. Al abordar el bus camine por el pasillo del bus cuando derrepente voltie la mirada y si, ahí estaba ella, tan radiante como la mañana llena de maravillas, la mujer más dulce que hace de mis días los más hermosos, ahí estaba la mujer que un día mis ojos vieron ese  rostro y su mirada profunda y tierna que me desvanece lentamente con un resplandor a su máxima perfección cuando me ve,  del que me fui enamorando en silencio a cada momento que nos vemos desde ese primer día y cada vez que la veo es como el primer día. Ahí estaba ella viendo por la ventana del bus. En ese instante mi corazón latió aceleradamente de la emoción al verla, me asome lento y silenciosamente hasta llegar al asiento donde  iba, sentándome a la par de ella con una timidez que  embarga mi ser al estar junto a ella. Nos fuimos platicando en todo el viaje de anécdotas de nuestra infancia hasta llegar a nuestro destino, el pueblo donde ella y yo trabajamos. Al llegar cada uno tomo su lugar ella en el primer nivel y yo en el tercero. Mientras el día de trabajo pasa no puedo evitar pasear por el nivel donde ella se encuentra tomando como pretexto cualquier acción sobre el trabajo y así mi visita es justificada para poder contemplar su ser. Fueron pasando las horas  y en uno de los momentos en que me asome al primer nivel jalé una silla de un escritorio y la puse junto a ella  para platicar pues siempre es para mí muy difícil verla a los ojos pues mi timidez era notable  y ella con su encanto en la mirada profunda dirigida a mi me hacía esconder mi rostro pero fue en un instante en que me acerque a ella tan cerca que podía sentir el delicioso aroma del perfume de su piel, entonces iba a suceder, era inevitable y natural, cuando nuestra conexión secreta, por un azar mágico,  me sorprendió con un beso en la boca que duró un segundo por el temor que nos vieran en la oficina fue el segundo más inolvidable que marco mi vida, un segundo de paz en mi. En ese instante me quede paralizado de sentir la dulzura y suavidad de sus perfectos labios, sintiendo también el bello sonido de su respiración y con un rostro tierno, agachó su mirada diciéndome que no debió de hacerlo pidiéndome una disculpa por lo que sucedió espontáneamente, pero en ese momento el que sentía culpa era yo por no tomar el primer paso. Llegó la hora de salida de labores cuando decidí que me acompañará a la habitación donde rento y platicar del tema. Donde en un momento de silencio decidí quitarle la culpa que sentía y besarla con locura envolviéndome profundamente en sus labios perfectos dejando atrás toda timidez. Estuvimos el resto de la tarde juntos abrazándonos, platicando y besándonos. Después decidimos  salir a caminar, ya es de noche y la calle mojada por una leve lluvia que cayo sin darnos cuenta formando un espejo que refleja la luna, aunque no hay luna, caminamos, ella tomada de mi brazo, luego pasamos a una pequeña pizzería del pueblo, entramos y dentro de la pizzería se encontraban unos compañeros de trabajo que llegaron a cenar luego de ir a jugar fútbol, nos saludamos y luego buscamos una mesa y sentarnos, luego nos pasaron el menú y decidimos pedir 2 tazas de chocolate, dos limonadas y una porción de papas a la francesa pues hambre no teníamos. Los compañeros se despidieron, y se marcharon, luego callo una lluvia fuerte que el sonido de la lluvia sobre el techo del restaurante era relajante. Me acerqué de nuevo a sus labios para besarla y sentir nuevamente la dulzura de su boca, su respiración y el olor de su cabello con un color negro que junto con los otros tonos de su piel intensifica mi pasión por ella. Luego dejo de llover nos levantamos de la mesa pagamos la cuenta y mi día Inesperado deseado desde años atrás estaba por terminar y comenzar un designio que no conocemos  pero si sabemos que la espontaneidad que vivimos nos lleva a conocer emociones y sentimientos encontrados. La fui a encaminar a la casa donde ella paso la noche, en ese momento no me detuve para besarla continuamente, con una linda luna iluminándonos que no dudó en salir para terminar con una linda noche romántica. Luego nos despedimos y se entro, yo regrese a la habitación pensando en lo sucedido deseando no fuera un sueño de los muchos que he tenido con ella, viviendo en ellos una maravilla que este día  vivi en tiempo real con ella. 

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