Este texto es una respuesta a Escritura(s) de Ramón C. No, en realidad no es una respuesta, es una mirada tangencial a las ideas que él quiere proponernos.
Un texto hiperbólico con hipertextos puede producirme positivamente una sensación de novedad escritural y, negativamente, un shock mental profundo, tan profundo que mi capacidad neuronal se estresa, se bloquea, se anula y la comprensión se dispara hacia una procrastinación necesaria.
Pero quiero decirte Ramón qué quiero escribir, quiero tener un derecho a escribir. Tu primera idea me conflictúa de forma notoria. Poner en discusión si la forma es tal cosa (arte) y el fondo, tal otra (comunicación) me lleva a preguntarme ¿Hago arte para comunicarme?, ¿para deleitarme?, ¿para vanagloriarme? No, hago arte para expresarme, lisa y llanamente para eso: EXPRESARME.
Pero tú agregas que este escenario de la escritura te lleva a ampliar sinestésicamente (ya sé que no existe la palabra, pero me hace sentido usarla) un texto. Para mí es un juego de ramificaciones distractoras que lindan con la novedad (lo admito) para reafirmar ¡oh, qué genios somos!
Pero (prometo que este el último pero que iniciará un párrafo) esa misma genialidad se la daré al ChatGPT y le pediré amablemente en un prompt preciso que critique tu texto hiper. Primero le pediré que lo haga como abogado, luego como profesor y finalmente como novelista. Luego veremos que nos dice este nuevo sistema de escritura IA.
Esta meta mirada tangencial (ya lo había dicho) es parte del juego en el que estamos insertos desde nuestra aparición y ahí en la cueva de Altamira ya pintamos (¿hicimos arte?); me parece que no, simplemente nosotros, los paleolíticos, usamos estos grabados y figuras como «escritura» para expresar nuestra relación con la naturaleza que nos rodeaba.
Aquí, estimado Ramón C., le concedo la oración «La escritura comenzó sobre una piedra». Entonces, qué ha pasado desde ese momento hasta hoy con la escritura. Piedra – papel – pantalla, las 3 P no han sido nada más que un medio para comunicarnos, para contarnos historias, para dejar legados, para expresarnos; somos -como dijo Nancy Huston– una especie fabuladora, somos los únicos entre los seres vivos que tenemos la capacidad de fabular, de inventar historias.
Veamos, entonces, que escribió el ChatGPT en esos tres roles. El abogado dijo:
«✅ Conclusión
El texto «Escritura(s)» de Ramón C. ofrece una visión provocadora sobre la evolución de la escritura en la era digital. Sin embargo, desde una perspectiva legal y ética, es crucial abordar las implicaciones de esta transformación, especialmente en lo que respecta a los derechos de autor, la autenticidad de las obras y la necesidad de marcos legales actualizados que reflejen las realidades de la creación y distribución de contenido en el entorno digital».
Comento desde ya, que me resulta sosa esta conclusión, no me entrega nada nuevo. El razonamiento llevado a cabo no profundizó en la visión provocadora de la escritura que le hubiese dado un tono distinto a este texto legalista.
Y que escribió nuestro nuevo autor el profesor.
📚 Crítica académica a “Escritura(s)” desde la mirada de un profesor
El texto “Escritura(s)”, publicado en el Club de Escritura Fuentetaja por Ramón C., plantea una reflexión provocadora sobre las transformaciones actuales del lenguaje escrito, la irrupción de las tecnologías en las prácticas de lectura y escritura, y el papel de la escuela frente a estas nuevas formas de expresión. Desde la perspectiva de un docente, es posible valorar el entusiasmo que impulsa el texto, pero también es necesario hacer observaciones críticas y matizadas.
Este rol es un poco mejor que el anterior, pero (¿mejor uso aunque?) nuestro ChatGPT se quedó pegado con la «reflexión provocadora». No está profundizando el análisis el GPT.
Finalmente, leamos lo que hizo el novelista GPT.
✍️ Crítica literaria-creativa a “Escritura(s)” desde la mirada de un novelista
Leer “Escritura(s)” es como asomarse al patio trasero del lenguaje: ese sitio donde los niños juegan con palabras, los jóvenes inventan formas, y los adultos, a veces, se sienten desorientados. Ramón C. escribe con una mezcla de urgencia y entusiasmo, como si intuyera que algo grande está ocurriendo —una mutación en la manera de contar el mundo—, y no quiere quedarse atrás.
Y tiene razón: el lenguaje está mutando. No es la primera vez. No será la última.
Ramón C. gracias por tu texto. Lamento no poder concluir de mejor manera. Este era un trabajo para Retórica en Entornos Digitales y solo podíamos escribir 500 palabras. Me excedí un poco.
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