“Última carta de amor a Siete.”

21/abril/21

Cariño. Es inevitable no pensar en ti cuando suena alguna de nuestras canciones. Y a esta hora, hoy ese fue el caso, ¿Cómo podría un corazón como el tuyo amar a un corazón como el mío? Esa era mi pregunta siempre, y era tu parte favorita de nuestra canción número siete.

Los días me han pasado muy rápido, pero aún tengo la sensación de tu aroma, y es que me regalaste meses sensacionales a tu lado, la vida me volvió al cuerpo, pero también desordenaste parte de ella con tus chistes malos, tus extrañas anécdotas, y tus extraordinarios planes. ¿recuerdas nuestras tardes de abril? Eran más que una completa locura a tu lado, cada que escapaba para poder tenerte las emociones explotaban, la adrenalina se ponía al máximo, pero al final de todo como bien dijiste, éramos dos personas efímeras jugando a tenerse. No te escribo para reprocharte nada, al contrario, para felicitarte, me han contado el enorme giro que dio tu vida, por fin dejaste esa estresante carrera y te dedicas a lo que realmente amas, a plasmar tu arte, recuerdo bien que una vez dije que me gustabas no solo porque creabas arte, sino porque tú eras arte, eras toda una revolución, tú solo reías cada que mencionaba algo así. Jamás me creíste que llegarías lejos.

Tu familia se ha vuelto más cálida contigo, por fin dejaron sus diferencias a un lado, y has dejado las peleas, según escuché. Me da un gusto enorme saber que todo te está marchando bien, porque las personas increíbles como tú solo merecen eso, cosas grandiosas. Hoy se cumplen 257 días desde que me fui, sí, los conté y podría jurar que tú hiciste lo mismo. Porque sé que, así como yo tú tampoco has podido despedirte de mi recuerdo. Éramos tan caóticos, todo un lío, a decir verdad, esa fue una de las muchas razones que tuve para irme de tu lado, aunque ambos sabemos que la principal fue la falta de interés, hasta la fecha sigo sin hablarlo con nadie, porque nadie lo entendería. He tenido la tentación de volver, de mirarte una vez más, quizás hasta de besarte, o sentir de nuevo tus brazos, pero francamente las ganas no han sido suficientes, porque sé que a mitad de camino encontraría otra boca y pondría en duda mi sentir por ti, otra vez. El fin de esta carta no es intentar paralizar tu vida, o descomponerla, sino demostrarte que aun te tengo presente, más allá de los tatuajes en común o las cicatrices, tenemos mil cosas que nos siguen uniendo, tampoco diré que el día menos pensado volveré y quitaremos esta pausa, porque ya me he enredado con más personas desde que me fui, pero tú sabias que yo era así, que no podía echar raíces, que mi solución a todo siempre era irme, sin embargo, no entendía como ante lo que fuera me esperabas de regreso con los brazos abiertos, lamento que te quedaras esperando esta última vez. Pero eternamente gracias, por tomarme de la mano y enseñarme lo complicado que puede ser querer a alguien por mas de un segundo.

  Te dejo un te amo en cada letra, se feliz, nos lo debemos.