Lloro, sí. Y no sé ni quiero evitarlo. Eso que tenemos ahí escondido me lo pide a cada momento.
Si te pienso, lloro. Si te miro, lloro. Si me miras, lloro. Si me regalas una sonrisa, lloro.
Lloro cuando no te tengo más cerca y lloro cuando tus brazos no me dejan respirar.
Que me has dado? Con qué me has envenenado el corazón que no puedo más que pensarte?
Dejame que vuelva de nuevo a llorar, a sentirte cerca, a sentir que nos queremos y a que lo vamos a seguir haciendo el resto de nuestra vida.
Y abrázame fuerte. Abrázame tan bonito como sólo tú lo has hecho. Así de sincero como tus abrazos en otoño, cuando la vida nos puso a caminar juntos.
OPINIONES Y COMENTARIOS