“TU MIRADA”

Luego de sentarme en mi cama esa noche, me quedé pensando si eso era lo que realmente quería o lo que de verdad deseaba o desee en ese momento, mi pensamiento me llevaba tan allá que volvía a excitarme con tan solo pensar que tus suaves pero grandes manos se posaban por mi cálido rostro, rostro que mirabas con deseo y maldad oscura, oscuridad que nunca me dijiste hasta que nivel debía de llegar.

Esa suciedad que emanabas no la podías disimular ni un segundo en ese laxo de tiempo que pasamos juntos el uno encima del otro, cogiendo bruscamente, gritando desenfrenadamente y mirándonos fijamente a la cara, tú estabas deseoso de ser mi dueño, dueño de mis curvas, mi perversa tensión y también de mi inocente alma.

Si supieras que me tenías cohibida y lo hiciste sin decir ni una sola palabra, me tenías llena de emociones, emociones que se vieron reflejadas en ese pequeño instante que te acercaste a mí y tocaste mis labios con tu boca, hasta dejarlos totalmente humedecidos, no solo me estabas mojando los labios sino también me estabas excitando con una suavidad irritable, tu mirada se perdía en mis fugaces ojos cafés que todos los días te miran con ansias y deseos de tenerte cerca de mí, no solo cerca sino también admirando, tocando y posando ese depravado cuerpo desnudo sobre este tímido pero ansioso cuerpo que te desea y hace que tus encantos se vuelvan mi entretenimiento masivo.

Esa noche iba de una manera tan inexplicable que me tenías hatada a tus deseos y tus ganas, hasta que miraste mi entre pierna de una forma morbosa y asquerosa, al decir verdad me fastidió demasiado, me sentí aterrada y confundida del hombre que me estaba despojando de mi sutil inocencia en ese gravital momento, me sentí la mujer más incómoda sobre toda la faz de la tierra cuando hiciste eso, la rabia me estaba consumiendo, de tal modo que todo lo perverso y diabólico que estabas creando en mí se iba desvaneciendo con el proseguir de tu mirada asquerosa e incómoda que lanzaste sobre mi entrepierna.

Tocame, besame y excitame pero no hagas eso, no hagas que mis cautivadores pero cohibidos encantos se vean obstruidos por una desagradable y molesta mirada, que lo único que hace es arruinar el malvado pero encantador momento, donde tu estruendosa musculatura y mi sutil cuerpecito se despojaba sin compasión alguna e intensidad pura.

Sé que mi inocencia queda opacada por tu fugas suciedad y estruendoso deseo de ir más allá de tenerme encima de ti cogiendo sin compasión y pidiendo a gritos que dejaras de hacerlo con esa sucia brusquedad que posees y fueras un poco más sutil y un poco más compasivo conmigo, no sabía si esa fuerza que se desbordaba sobre ti era solo por el intenso momento de penetración y excitación que estábamos teniendo o unas simples y descaradas ganas de bajarte de encima, cuando mordiste mis labios, halaste mis brazos y me tiraste bruscamente a la cama con esa fuerza desgarradora que te conmueve, no supe qué pensar o sentir, te quiero y de una manera tan sucia, pero me debilitaste, me irritaste con tu bruta fuerza y tu poca compasión, la verdad jamás sabrás si ese momento lo sentí como un grato y hermoso momento de amor o como un sucio y fastidioso momento que me tocó vivir por quererte y desearte con malévolas intenciones.

Tu fuerza y tu musculatura te hacen sentir un hombre lleno de seguridad frente una mujer, pero la sutilidad no te quita lo machote que eres, si me fueras conmovido con suavidad, hasta llevarla a la devoradora porquería que estábamos creando, dejame decirte que mi diabólico ser era todo tuyo.

Pero si mis pensamientos fueran iguales que tus miradas, hace ratos hubiera deseado que cogiéramos como esa noche que las emociones encontradas no dejaron que el momento fuera cautivador, sucio, majestuoso y lleno de sentimientos perversos por ambos, tu cuerpo me dejó claro que lo único que querías era usarme y hacerme tuya sin ninguna demostración de amor puro, y tus miradas perversas solo desilusionaron mi alma…

Alma que se había visto sujetada de ese sucio amor que creaste en mí y en mis ganas de estar cerca de ti, cerca de alguien que me despoja con ternura pero a la vez con brusquedad y suciedad del intenso momento que ambos estábamos creando, todo paso en compases de segundos, segundos que jamás olvidaré…

“Mi blanda inocencia te deseo por mucho tiempo”

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS