Cuando te llenan de quejas, debes callar,
prestar el oído, dejarte juzgar.
Pero si alzas la voz y osas reclamar,
te vuelves el malo, te hacen callar.
Sus penas son tronos, tú, tierra sin ley,
tu dolor no importa, no tiene porqué.
En su tribunal no hay juicio imparcial:
si tú te quejas… eres el mal.
OPINIONES Y COMENTARIOS