El crepúsculo naciente juega con tu mirada,
mostrándome con su luz la dulzura de tu alma.
y tu pelo crespo que entre mis dedos se desvanece,
da chispa de hermosura a tu rostro sonriente.
Mientras tus manos mágicas hacen trucos en mi frente,
tu boca ardiente muerde la mía incoherente.
pido tu cuerpo a gritos con mi calentura presente,
susurrando tu nombre mi ángel valiente.
¡Oh! bendito mi Dios que te hizo hermoso con sentimientos dulces y amorosos,
que me hace que me derrita a fuego lento probando el néctar más primoroso.
Tú mi escultura humana, mi ser perfecto lleno de gracia y tierno gesto.
BLANCA ZANEL CLAUDIO –México-
OPINIONES Y COMENTARIOS