Poco a poco los tiempos van cambiando y pasan los días, los años, los siglos…
Creces en el centro de una familia eres bebé, niño, joven, adulto observas como vienen otros a hacer su propia familia y llevas a alguien mas… en la edad productiva nos toca aportar para sobrevivir, aprender a sustentar la permanencia en este mundo, acumular para descansar o intentar sobrevivir.
Sin sentirlo a pasado el tiempo y con ello cambió la forma de existir, de pensar, de pasar por este mundo.
Según mi abuela las familias solían ser cooperativas trabajadoras. Alguien sabe hacer tortillas o arroz, quien tiene frijoles o gallinas, o de camino a casa encuentra nopales en el cerro y guardamos, repartimos y comemos todos, la terra da en demasía para vivir y convivir comodamente.
Mi madre… seguía a, la civilización, buscaba la oportunidad ella tenía que ser alguién, estudiar, trabajar y proveer administrar comida y casa, ropa y estudio; trabajar para completar lo que nunca fue suficiente y entre turno y turno estábamos nosotros totalmente perdidos, cuidandonos, tratando de incorporar lo que decia la abuela, la tia o algun vecino…
Yo, trabajé para sobrevivir en la escuela… trabajé para solventar mis gastos; trabajé para ganar un empleo temporal o dos antes de terminar la instrucción secundaria y… cuando llegaron los hijos… trabajamos para que otros los cuidaran.
Trabajar para sumar; sumar comida, ropa, casa, estudio, transporte, servicios básicos, médicos y préstamos para pagar lo que el sueldo no alcanza a comprar.
El escaso tiempo que paso con mis hijos lo dedico a hacer que olviden las costumbres que aprenden de alguien más y aún así cada vez se parecen menos a mi.
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