Trazos en un día de lluvia

El
día estaba grisáceo, como una perla recién sacada. Brandon fue a
la escuela, el autobús pasó por el a las siete en punto… Cuando
llegó al salón de clases, vio a sus compañeros, los mismos que no
le hacían caso. Alejandra lo vio y él la vio. Brandon sentía una
atracción por la niña con pelo castaño. Benítez se acercó a
Brandon.

  • Eres
    un estúpido sin gracia – le dijo Benítez a Brandon, dándole
    golpes en la cabeza.

  • Déjalo
    en paz Benítez – dijo Alejandra con ojos tristes por no soportar
    que Benítez golpeara a Brandon todos los días.

  • No
    te metas en esto mocosa – le dijo Benítez siempre insoportable.

Brandon
estaba dibujando a Alejandra, en su libreta. No ponía atención a
las clases, pero siempre dibujaba a su amor platónico cada vez que
la maestra enseñaba a sumar. Benítez agarró la libreta de Brandon
y se la enseñó a Alejandra.

  • Ya
    estamos hartos de ti Benítez – dijo Daniel, el único que sentía
    que Brandon necesitaba afecto.

Todo
el salón golpeó a Benítez. La maestra no podía hacer nada al
respecto, por lo enfurecido de los compañeros, al ver que durante
meses el gordo insoportable molestaba al pobre artista, que solo
dibujaba en clases. Entró la directora mientras los niños golpeaban
a Benítez. Alejandra besó a Brandon en la boca y ambos se
abrazaron.

  • Niños,
    por favor siéntense – dijo la directora –. Brandon, te suplico
    que vayas conmigo al psicólogo escolar. Se encuentran tus padres.

Brandon
entró al psicólogo y vio a sus padres. Ambos estaban con la cara
triste:

  • Brandon
    – dijo su padre un poco melancólico –. Tu madre y yo nos vamos
    a separar, tenemos que hablarlo porque me voy a Estados Unidos y
    quiero que vengas conmigo. El psicólogo dirá cuál es nuestro
    diagnóstico.

  • No
    es necesario papá. Me quedo con mi mamá. Aquí está todo lo que
    necesito.

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