Todo lo que no soy, me hizo ser lo que soy.
En un punto de mi vida me arrepentía de todo lo que había llegado a ser: de lo que había hecho, de lo que no había hecho y de todo lo que no era.
Estaba esperando mi autobús, cuando los recuerdos venían a mi mente; añoraba la persona que había sido hace unos años y me torturaba con la nueva idea que tenía sobre mí porque pensaba que para nada era quien había planeado en mi niñez, creía que si pudiera hablar con mi yo del pasado no sentiría más que decepción y lástima.
Solía ser alguien con valor y carácter y me había convertido en una persona complaciente y sumisa, que lo fue aún más cuando ví aquella sonrisa. Sus chistes me hacían reír, sus ojos me intrigaban porque me escondían tantas cosas, y su voz me endulzaba con tan solo escucharla.
Siempre me sentí como una persona absurdamente romántica, como un loco enamorado, alguien que sentía con intensidad, y lo descubrí cuando me dí cuenta que lo estaba dando todo aún sin recibir nada, cuando entendí que por más que me lastimara yo seguía a su lado, cuando ví que era capaz de hacer lo que fuera por su cariño y que a pesar de que ví sus demonios, no tuve miedo de quererle. Pero no podía haber seguido así por siempre, me olvidé de quién era yo y fue entonces cuando comprendí que yo no pertenecía ahí. Cuando todo terminó sentía que me moría, pero un alivio enorme invadía mi ser. Al fin, mi vida continuaba otra vez, mi camino se expandía y mi deseo por salir adelante me impulsaba, pero no dejaba de arrepentirme por lo que había vivido. Meses después, después de un poco de caos entendí que ya no quería soportar de nuevo complacer a otros sin recordar siquiera lo que yo quería. Me sentía cansada de nunca oponer resistencia, así que me llené de coraje y decidí que no volvería a permitir nada igual. Era difícil abrir las puertas de mi corazón, no dejaba que gente se acercara a mi vida pues la desconfianza se había vuelto parte de mi ser, todos aquellos que juraban darlo todo por mí no eran más que cuestionados por mi interior, no era capaz de creer ni una sóla de sus palabras. Estaba mal, como un fruto podrido, y como todo fruto podrido, estaba rodeada de animales carroñeros que se llevaban lo poco que me quedaba. No me sentía como si fuera yo, la despersonalización se hacía más grande cada momento, mis acciones no me hacían sentir nada bueno, creía que me había perdido y que no podría ver la luz de nuevo. Entonces apareció alguien que me hizo entender que no iba a vivir en la oscuridad toda la vida. Me sentí segura a su lado, quería apoyarle en todo porque su vida no había sido nada fácil, quería demostrarle que no todas las personas son malas. Pero no me pagó con la misma moneda, y con dolor le pedí que se fuera de mi vida.Estaba consternada, pero a pesar de todo, había descubierto que aún podía sentir.
Me dije que no iba a detenerme, y proseguí con mi vida.
Recuerdo con tanta claridad el día que recibí aquella noticia. No era enojo, ni decepción, me sentía vacía nuevamente. Había perdido a mi amigo y ni siquiera podía creer que ya no estuviera.
Tiempos difíciles se aventuraron, las acciones de ciertas personas que buscaban llenarme de angustia lo estaban logrando. Tenía miedo de todo y de nada, me sentía tan vacía y cuando todo iba bien, sentía que incluso así era incapaz de volver a sentirme contenta, como si nada me llenara. Era frustrante porque sabía que tenía todo, vivía agradecida por estar rodeada de gente que me quería y que nada me faltaba, pero aún así no había vuelto a alcanzar aquella plenitud que antes me había caracterizado. Incluso tiempo antes, tenía menos , y vivía tan feliz, por lo que me enojaba no poder sentirme bien ahora que mi vida estaba tranquila.
Yo creo que en las vidas de todos hay un momento en el que tocas fondo, y es el punto de partida para darle un nuevo sentido a tu existencia.
Entonces, hundida en aquel oscuro abismo comencé a entender todo. Mi vida no era mala, las situaciones complicadas no me iban a acabar y en cambio podía aprender de ellas. Recordé escuchar que todo tiene su tiempo, los problemas son pasajeros, no se quedan para toda la vida. Solo que en vez de enfrentarlos, me estaba escondiendo, tenía que afrontarlo. Aquella noche toqué fondo, y entre el dolor que me consumía, esta vez no pedí que mis tormentos se fueran, sino tener la valentía y el poder de enfrentarlos. Entre lágrimas me quedé dormida, pero algo increíble ocurrió; era como si me hubiera destruido a mi misma, pero eso me había fortalecido, era como un renacer, como si una parte de mí se hubiera esfumado, pero para potenciar mi vida. Me separé de mí misma, era como si hubiera entendido cómo me sentía y por qué, lo que me hizo entender cómo sanar mis heridas.
Entonces me desperté aquella mañana, sabía que no iba a seguir escapando de mis demonios internos y de mis problemas, estaba dispuesta a enfrentarlo todo; además, tenía la certeza de que era una etapa solamente, y que no podía saltarme esa parte de mi vida.
Así que supe que tenía que aprovechar lo que estaba viviendo para aprender y crecer, pues aquella etapa complicada en algún momento se iría.
Me sentía feliz de nuevo, me sentía motivada y agradecida. Había vuelto a ser yo, aunque era alguien nuevo.
Simplemente al levantarme, supe que todo iba a estar mejor.
La vida es un sube y baja, no siempre estás en la cima, y no siempre estás por los suelos. Sé que en mi vida habrá veces que las cosas se pongan difíciles, pero sólo queda aprender y afrontarlo sabiendo que la tormenta acabará. Al final todas esas frases baratas que la gente repite una y otra vez, como que después de la tormenta viene el arcoíris, sí tienen sentido, pero pocos son capaces de sentir su significado realmente.
Puedo decir que hay cosas de las que me arrepiento y que no volvería a hacer, pero a pesar de ello entiendo que haberlas pasado me hicieron yo misma el día de hoy.
Acercarme a la verdad, con un poco de valentía y coraje me hicieron sentir bien, recordando lo que alguna vez tuve y sentí pero había olvidado, pero sobre todo trayendo a mi cosas que nunca antes había experimentado.
Me dí cuenta que todo lo que fui, todo lo que era y todo lo que no llegue a ser,me convirtieron en quien ahora soy.
OPINIONES Y COMENTARIOS