Había una vez, un gimnasio llamado «THE WARRIORS COLISEUM» estaba ubicado en el Centro de la Ciudad de Puebla, era un tanto grande y era de color negro, las puertas eran de cristal polarizado y la mensualidad estaba en $1,105, se decía que todos los que pagaban una suscripción ahí ya no salían.

Solo un joven de 20 años logró salir y contó que una vez entrabas ahí el mundo exterior no era visible, solo había luces de color rojo, veías entrenando a varios hombres sin hacer un poco de ruido, música de fondo y muy cómodo el espacio de entrenamiento. 

Una vez inició dijo que las mancuernas pesaban el doble de lo que marcaban en su etiqueta, las barras eran demasiado resbalosas y los bancos se sentían puntiagudos, nunca imagino que pudiera ser un infierno ahí dentro, el solo quería entrenar pero no fue solo eso, también lo esperaba una tortura, mientras entrenaba, en los baños de mujer se escuchaban lamentos demasiado terroríficos, el no corrió, solo cambio de máquina, al estar haciendo espalda se dio cuenta que alguien estaba detrás de el, al voltear el se percató que no había nadie y al último cuando recogía sus cosas sintió una respiración en el cuello, él volteó pero nuevamente no vio nada, solo espero a la hora de salida.

Se dio cuenta que ya era hora se salir y trato de abrir, pero en el intento de abrir una puerta no era posible, los vidrios decían «NO HAY ESCAPATORIA» él entro en pánico y no sabia que hacer, estuvo durante una hora pensando que hacer hasta que tuvo una idea, agarró una mancuerna y la aventó sobre el cristal y lo rompió, el salió corriendo, cuando salió de ese gimnasio, rápidamente canceló la suscripción desde la página online y desde ese momento el joven de 20 años nunca volvió al:

«THE WARRIOR’S COLISEUM»…                                                                 

            FIN