The Paradise.

Un día abrí los ojos aquí y no sabía ni quien era yo, según lo que entiendo hay un reloj que marca el destino que me llevara al paraíso. Un lugar que tanto he ido hablar, me dijeron que es un lugar grandioso, el paraíso.

Mi ilusión de conocer se devástese cada vez que crezco y leo más libros, anduve investigando por todos lados pero nadie sabe con claridad que es ese lugar, lo que aquí estamos, estamos en la espera como si fuera una cola para una visita al médico. Visite muchas bibliotecas e iglesias y todos hablan de un paraíso con distintos dioses, los egipcios me hablan de un dios del sol, los babilónicos de un dios del rayo, los cristianos de un dios salvador rencarnado, en todos lados me hablan de dioses a la espera de mi travesía pero ¿qué estamos esperando? Que tenemos que hacer aquí, aquí mis pies me queman en la arena del desierto y mis manos se me congelan en el duro frio de los árticos, mi estómago me reclama introducir alimentos, mi cuerpo no quiere quedarse quieto, mi cabeza quiere entenderlo todo y según entiendo mi alma quiere conocer el paraíso. Llevo tiempo dando vueltas aquí como ave de cautiverio, quiero volar pero tengo miedo de no saber hacerlo y caer en picada por el acantilado, tengo miedo que el paraíso solo sea una ilusión mía de sentirme bien, esto es cansador pero no quiero descansar.

Mientras aun camino puedo sentir cosquilleos cuando siento las suaves brisas tocar mi piel, puedo sentirme incomodo cuando pienso que alguien tiene que llamarse “el amor de mi vida”, puedo sentir alegría al pensar en herederos de la inconclusa idea de paraíso. Sigo respirando contra mi voluntad, hay días que todos parecer indicar que no existe tal paraíso, porque a veces me enfermo, porque a veces me lastimo, porque a veces siento que nada tiene sentido, porque ya quiero irme de aquí.

Ya no quiero más vueltas ni mentiras, no le creo a nadie porque nadie sabe con exactitud la verdad, algunos dicen haberlo visto y a otros no les importa y se marchan por su propia voluntad pero tengo entendido que los que hacen esos caen por el acantilado y prefiero esperar.

Aquí es un lugar lindo a veces, lo que siento me gusta, hay cosas o momentos que me hacen sentí lo que se llama amor y que en el paraíso lo voy a disfrutar a pleno, pero aquí también paso malos ratos como una animal encerrado en una jaula fría y humeda, abandonado en el fondo de un sótano.

Muchos dicen ser felices pero pocos le creen, muchos dicen ser infelices y todos lo saben, aquí estamos apretados todos juntos como pollos de granja esperando a que vengan a degollarnos.

Creo que no soy el único que se sienta a morder una manzana mirando el árbol esperando conocer el paraíso, me genera nostalgia pensar que estoy aquí esperando eso y que no me reciban o aun peor que no exista, así como también me eh preguntado para que existo ahora, ¡bah, si es que existo!

Me mintieron, diciendo que busque, busqué el amor de mi vida y se marchó primero, mis herederos me dejaron, muchos se van y nadie me dijo nada del paraíso, los libros se han convertido en mitología en mi excepcional concepción de realidad, la enfermedad se adueñó de mi sin preguntar, mis pies se quemaron tanto que ya no puedo caminar, mis manos se congelaron tanto que ya no me sirven más que nada para tocar una campana cuando mi estómago sigue reclamando, mi cabeza ya no quiere saber nada más y solo me quedo mirando el cuadro caribeño de las Bahamas que hay en la pared y mi cuerpo ya se cansó, ahora solo quiere descansar recostado. Llegué hasta aquí totalmente desilusionado de conocer el paraíso, alabé a centenares de dioses y ninguno me contesto, me dijeron desde un principio que respete las reglas aunque nadie lo hacía y me preguntaba a mí mismo que sentido tenía hacer eso.

Estoy sofocado por esta manguera de tiempo y los fármacos que quieren que siga esperando hasta que sea mi turno, rodeado de gente que no me conoce, ya no tengo más que puras resignaciones desde el día que llegue aquí, ya no tengo a donde huir, veo una luz.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS