Te quiero MUERTA…

A las 19:00 horas la oficina de policías recibe una peculiar llamada en la que podía apreciar el grito de terror de una mujer y las risas incontrolables de alguien más. Minutos más tarde recibe otra llamada del mismo número pero en esta ocasión es la solicitud de la policía han encontrado el cadáver de la señora Leora la dama de la ciudad y uno de los pilares del lugar; su ama de llaves fue quien la encontró en medio de su habitación en un charco de sangre, la escena era simplemente aterradora y la reacción familiar situaba a todos como principales sospechosos pero ¿Quién podría cometer tal crimen? Y más importante aún ¿Por qué?

Se escucha como llaman a la puerta Orfilia la ama de llaves abre la puerta encontrándose con el investigador Gael Bernal -Buenas noches- pronuncia entrando a la casa –Bienvenido, acompáñeme- Orfilia lo guía hasta el salón principal donde se encontraba toda la familia sin embargo no habíamuestras de dolor al contrario todo era tranquilo, silencioso casi pacifico –Buenas noches, soy el investigador Gael Bernal necesito ver la escena del crimen e interrogarlos- pronuncio interrumpiendo aquel silencio que parecía mantener a todos los miembros de la familia, los observo un instante era una familia no muy grande dos hijos gemelos, una niña de unos 5 años aproximados y el padre siendo el ni más ni menos el alcalde de la ciudad.

Fue guiado al piso superior hasta la habitación al final del pasillo aquel cuarto matrimonial que alguna vez fue un nido de amor hoy era la muestra de una mente trastornada, en el centro de aquel cuarto blanco se encontraba el cuerpo sin vida de aquella dama de sociedad de tan solo 34 años, las paredes estaban manchadas de sangre demostrando un crimen desorganizado y sin planeación, el espejo de cuerpo entero que se encontraba cerca al armario estaba roto, los pedazos se esparcían por un lado de la habitación sin embargo a un costado del cadáver se encontraba una pesada lámpara cubierta de sangre podría ser el arma homicida pero no se sabría con certeza hasta la autopsia. Poco después llegaron a hacer el pertinente levantamiento por lo que Gael bajo a reunirse nuevamente con la familia ya poseía datos suficientes para encontrar al posible asesino, le ofrecieron el estudio para poder hablar con cada miembro de la familia y cada uno de los encargados de la casa.

Pasa primero el tan intachable señor Gonzalo Murat un hombre de 44 años serio, recto y con la mirada fría que imponía su presencia de gran señor en cualquier lugar donde se encontrara, se sienta con un vaso de whiskey en su mano izquierda comienza a hablar como si las palabras escaparan sin control alguno –Dígame quien puede hacerle esto a la mujer más maravillosa del mundo, Leora era todo lo que mantenía esta familia…- su discurso era sin duda el de un marido ejemplar, un padre de familia que merecía llevar ese título pero fue a un más sorprendente ver como aquel duro hombre derramaba lagrimas descontroladamente, se había roto un sentimiento de dolor y pena invadió aquella habitación, sin embargo eso no lo encime de ser el asesino –Señor Murat, ¿Dónde se encontraba en el momento del homicidio?- Pregunto Gael sacándolo de sus pensamientos más profundos –En la oficina, mi hijo Alan fue quien me aviso- el señor comento con la voz rota -¿Puede alguien confirmarlo?- volvió a preguntar –Mi secretaria- de repente se levanta –Yo no la mate, deje de perder su tiempo y busque a ese maldito que acabo con la vida de mi amada esposa- ordeno histérico, sus cambios de humor lo aproximaban a un criminal que aun respetable hombre, salió del estudio.

Luego se da paso uno de los gemelos Alan, joven de 16 años callado, con la mirada perdida y vacía como un ser sin alma que seguía al pie de la letra las ordenes de su gemelo Rene; se descargó en la silla sin muchas ganas de estar ahí –Alan que estabas haciendo cuando paso todo- pregunto el hombre intrigado por la apatía de aquel joven si bien es cierto que cada persona enfrenta la muerte de una manera el parecía hermético a lo ocurrido con su madre –Me encontraba con Rene en el sótano- pronuncio con desdén –¿No escucharon nada?- volvió a interrogar –No… el cuarto de ella es en el segundo piso y nosotros estábamos dos pisos abajo… Mire no me interesa- pronuncio con un poco más de fuerza marchándose.

Pocos segundos después entro Rene, joven de 16 años expresivo, dominante, un líder pero no era un alma bondadosa; comenzó hablar –Acabemos con esto, ella se lo merece… no tenía alma vivía de las apariencias, una mujer frívola y controladora… Jamás nos quiso pero tenía que dar herederos, de esas puertas para fuera somos una familia ejemplar pero nadie sabe qué pasa en el interior; señor Gael esta familia es una farsa- sus declaraciones mostraban el otro lado de aquella moneda, nadie es perfecto pero cometer un homicidio, sin más que decir salió dejando al investigador con una gran pista.

La pequeña Sofía, la dulce niña de 5 años que iluminaba la casa como un rayo de sol no había derramado una sola lágrima pero tampoco una sola palabra había salido de su boca –Sofía… ¿Quieres hablar?- con los niños se tenían que utilizar estrategias distintas, ella lo miro por uno segundos –Mi mami está en un mejor lugar… Ya no lastimara a mis hermanitos- pronuncio la inocente niña para luego salir corriendo dejando desconcertado aquel hombre maduro que había enfrentado muchos casos pero sin duda ninguno tan retorcido y enfermizo como aquel. Termino de recolectar la información y se marchó con la imagen de aquel cuadro familiar quebrado que solo era una foto de apariencia para sostener la imagen pública de un mandatario.

Tres días pasaron cuando recibió los resultados de la autopsia confirmando la teoría de la lámpara, aquella mujer murió a golpes en mayor lugar en su cabeza y pecho, pero tenía heridas defensivas lo que significa que lucho por su vida también se encontraron rastros de cabellos color avellana como el de los gemelos además de fibras de una tela color gristal como la sudadera que llevaba Rene pero si fueron ellos ¿Cuál? O ¿Fueron ambos? Los interrogantes tenían que ser resueltos. Gael llamo a los gemelos para interrogarlos nuevamente seguro que confesarían el crimen.

En la sala de interrogaciones se encontraban ambos frente a Gael un silencio inundaba el lugar, los minutos pasaban como horas y pronto Alan se quebró dejando salir entre lágrimas toda la verdad – La matamos…Esta bien yo no quería ella era una bruja pero seguía siendo mi madre… Fue idea de Rene, yo solo la golpee una vez ya no pude más… Mi padre es un buen hombre no merece esto…Ella lo engañaba con el jardinero y el la ama… – sus palabras se ahogaban entre el llanto, se llevaba las manos a la cara y caminaba de un lado al otro mientras que Rene seguía sin inmutarse sereno y callado –FUIMOS NOSOTROS- grito Alan finalmente liberando todo ese peso. Cuando entraron a arrestarlos Rene estallo en carcajadas –Como disfrute sus gritos, ella pregunta ¿Por qué? Acaso no sabía la mala mujer que era… Limpiamos nuestra casa del mal- Pronuncio entre risas, su cinismo descarado era marca sin duda de su trastornada mente.

Los encontraron culpables de asesinato en primer grado pero su dictamen psicológico los envió a una institución mental donde pasaran el resto de sus vidas. No hay crimen perfecto, tampoco familias.

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