SUEÑOS

En una aldea muy lejana vivía un ser extrañamente oculto entre su cabaña y el campo, solía pasar tardes entera contemplando el prado que tanto esfuerzo le costó levantar, era un hombre fuerte de carácter, de tierna mirada y actitud bondadosa, no compartía mucho con otros aldeanos, le gustaba pasar el tiempo entre sus mascotas, sus recuerdos, sus sueños y el atardecer.

Entre otras cosas este hombre inspiraba confianza, tanta que cierto día una pequeña niña se acercó a él, lo miro asustada pues se encontraba perdida, no recordaba porque llego hasta ahí, solo que el bosque la asustaba y podía continuar ahí, el mirándola fijamente le pidió que se fuera, ella se quedó pasmada sin modular palabra alguna, solo seguía mirándolo con los ojos vidriosos, por favor no me envíes al bosque de nuevo, fue lo único que pudo decir, el hombre se retiró a su cabaña sin insistir la salida de la niña, cuando ingreso a su hogar no entendía que hacia una niña en un lugar lejano y solitario, reacciono y le pidió a la niña que ingrese a la cabaña que se acercaba al lluvia y el no sería el responsable de la muerte de una niña boba.

La niña agradecía la ayuda de este hombre desconocido, pero no se atrevía a ingresar a una casa extraña, se quedó el hall contemplando la llegada de lluvia, el hombre preparo chocolate caliente para la niña y se la ofreció con mucha amabilidad, cuidosamente al ver a la niña contemplara la noche a pesar de no tener estrellas se causaba ternura, la pequeña paso la noche en la cabaña y escucho el sonido de la lluvia y agradeció tener un lugar donde protegerse de ella.

A la mañana siguiente la niña se levantó muy temprano y comenzó a limpiar y ordenar algunas cosas que consideraba necesarias, el hombre se admiró al ver que la cabaña se encontraba reluciente, la niña se acercó a él inclino la cabeza y le agradeció que la dejase quedar esa noche salvándola de la lluvia y el frio, él se conmovió y la llevo a dar un paseo por el campo, la llevo a una bella laguna donde pudo contemplar su reflejo, la calma de ese lugar los sonidos de las aves, las mariposas revoloteando entre las flores lleno de mucha felicidad a la niña, no sabía que aparte del tenebroso bosque existía lugares mágicos que llenaban de felicidad su corazón.

El hombre pregunto a la niña que hacía en el bosque sola, ella conto una historia triste donde quedaba huérfana y sin hogar, también le conto que su gran sueño era llegar al mar y vivir ahí, dormir y despertar contemplando la belleza e inmensidad, la niña agradeció infinitamente que le permítase pasar la noche bajo techo, quería decir muchas cosas pero no pudo, solo dijo; me tengo que ir, estoy segura que la luz de su mirada se iluminara más cuando pueda hacer realidad el más anhelado de sus sueños, le dio un fuerte abrazo y camino hacia el norte, con la satisfacción de permitirse tener fe aun cuando todo parecía terminar. Ahora fue el quien quedo inerte al escuchar las palabras de la niña, no imagino que un simple acto de bondad podría hacer la diferencia entre el bien y el mal.

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