Habia una vez un territorio llamado Sua que significaba sol y Cha varón donde habitaron primitivos y comunidades indígenas, en la actualidad el arte de respira en sus calles, la llamarada del circo se hace presente y el teatro es la cajita de pensamientos ancestrales que surge a través de la imaginación.
Un día un gran varón hizo historia bajo la tierra donde el sol alumbra sus mañanitas adornadas de un frío abrasador, donde el viento sopla fuerte como la música muisca en donde el rebelde dios dejó su legado gracias a una piedra que el ser humano destruyó lo cual condenó y puso fin a este patrimonio ancestral, pero el ser humano sigue vigente demostrando que los saberes ancestrales son permanentes y que se mantendrán en la historia de la tierra donde el sol seguirá alumbrando cada día más fuerte mostrando el talento de artistas herederas de Terpsicore, Calíope y hombres valientes que a través de su arte rebelde muestran a Soacha como un territorio ancestral y cultural.

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