MMi única salida es escribir, aquí me siento yo, me siento plena… Me siento segura, grande. Capaz sea la única actividad que quiera en algunas circunstancias y más aún la única que podría realizar cuando creería que todo se derrumba a mi lado…


Soy mujer y tengo diecinueve años, hace dos meses cumplidos. Papá dejó la casa a mis tres, cuatro años de edad. Mamá se casó, aunque creo yo, que eso es tema aparte. Tengo una hermanita, diez años cumplidos este mes. Mi abuela es mi persona, junto con mi primo-hermano… ellos tienen gran lugar en mi corazón, juro que si les pasara algo me moriría, quisiera que nunca me faltaran… Mi abuelo es un dominguero en Ica porque tiene otra familia allá. Soy de las personas que no perdona esas cosas y creo que eso lo heredé de una de mis personas, pero creo que influyó otra cosa para que no tomara la decisión de dejar todo de lado… Su hija menor. Tengo cuatro tíos, tres mujeres y un varón. La menor es de ese tipo de personas que prefiere vendarse los ojos para ver la realidad, prefiere pensar que todas las cosas son de color rosa, la engreída ( mas no porque sea celosa, es la verdad. Y yo estoy feliz de que sea mi tía o mas bien mi hermana, desde que tengo memoria la llamo así. Hoy en día se enoja si se me escapa algún «Tía». ). Si contarámos de menor a mayor, seguiría Mamá, a esta mujer la admiro y no porque sea médico ( así como lo que yo quiero ser) sino por ser tanto en solo una persona, es mi heroína, mi todo. Creo que el único quizás error que cometió era casarse tan tempranamente, y aunque tuve la oportunidad de frenarla… No lo hice. Y se imaginan por qué? Por mi persona de 10 años que en este momento está durmiendo a mi lado, por ella que estaba en la panza de mamá, no quería que pasara lo mismo que yo pasé, no quería que viera a su alrededor y no encontrar a papá, a quien muchas veces yo hubiese querido mirar, no hubiera comido en la mesa el dichoso pollo a la brasa después de la entrega de libretas en la cuál ocuparía el primer puesto. Esta pequeña persona que está durmiendo a mi lado hubiera pasado lo que yo pasé y eso nunca lo voy a querer para la persona que yo quiero y a ella la amo. Aún a mi corta edad hace 10 años, no le negué la posibilidad a mamá de que vuelva a ser feliz, y aunque era dificil para mí, ver a otro hombre en mi vida, decidí tomar el reto. Ahora tocaría describir a mi compañero de departamento, mi tío. Él es de esa clase de personas que nunca ha querido perder, que es terco y duro como una roca. Mi relación con él hubiese sido malísima si no decido irme a estudiar a Lima, nosé si es porque somos casi idénticos de carácter, o porque solo lo veía algunos fines de semana aquí en Pisco por su trabajo. La adoración de mi abuela, mi gran amigo. De mis tres años ya por la capital, un año y medio era mi confidente pero por la actual relación que llevo a la cual está demás decir que no pasa, no la aprueba, los únicos momentos tranquilos que yo pase con mi gran «papá» ( porque a él tanto como a mi abuelo los llamo papá) serían allá en Lima. Aquí en Pisco se convierte en un padre celoso, sobreprotector, para nada amigo y mucho menos confidente. Continuaríamos con la mamá de dos hijos increíbles, mi tía. Ella es mi madrina de todo, de bautizo, de confirmación y aunque no quiero casarme si logro en un momento de locura aceptar el matrimonio sería también mi madrina. Mi tía es mi segunda mamá, conmigo tiene una paciencia increíble, a ella le bromeo cosas como si estuviese hablando con mis amigas, no faltando el respeto, ni con lisuras. Sino como si mi verdadera yo hablara, sin temor al reproche, sin miedo a que me diga qué es lo que hice mal, no me echa en cara nada. Esos pequeños ratos en que yo le he confiado algo a ella, hasta hoy no me arrepiento. Mi madrina suele tener la mirada triste, apagada pero también llena de orgullo por esos maravillosos hijos que tiene, inteligentes, grandes y muy caballeros. Nadie aquí en mi familia tiene la vida fácil, todos tenemos esa pequeña parte de monstruo interno, pero no de los malos sino de los débiles. Solo que no nos gusta mostrarnos así por eso en los pequeños ratos de debilidad nos llamo «monstruos». Y ahora tocaría la parte más difícil, describirme. Como ya dije mi edad 19 años, mi sexo feminina, el nombre es anonimato, continuaré escribiendo lo otro, aburrido para algunos, o quizás asombroso para otros. Desde que tengo memoria, papá no estuvo a mi lado, hablo del biológico porque aquí en casa ya tengo dos, por falta de uno. Muchos dicen que me parezco a él, tanto física como intelectualmente. También es doctor como mamá y esa carrera es la que los unió, y también la que los separó. Por eso tengo en mi mente que nunca debo de toparme con un médico muy a parte de lo laboral, y así ha sido hasta en la actualidad. Médicos cero. Otros que no conocen a papá, dicen que soy idéntica a mamá. Cada vez que era el día del padre, mis regalos echos en el colegio le daba a mi abuelo, aunque no he sido muy pegada a él, era el escogido para mis obsequios. Hasta ahora no le he reclamado nada a papá, quizás sí a mamá…aunque parezca absurdo. Él me hizo falta en mis cumpleaños, en mis entregas de libreta, en la celebración de su día, en las actuaciones donde me mencionaban por mis méritos. Nunca le pude contar el primer chico que me gustó, ni mi primera decepción, nunca tuve mis besos de buenas noches de él, no me defendió ante ningún pervertido. Ni siquiera me celó cuando se enteró que yo salía con alguien, ni nada por el estilo. Él me hizo falta en todo, pero por falta de un padre tuve cuatro contando a mamá y a mi abuela. Cuando escucho hablar de los papás de mis amigas, me quedo imaginando qué actitud hubiese tomado el mío. Cuando me cuentan que se pelearon con los suyos, lo único que pienso es que yo también hubiera querido tener ese tipo de peleas pero nunca las tuve y no las tendré. No le guardo rencor a papá y no tengo por qué hacerlo. Las personas que desean formar parte de tu vida se quedan contigo, por más duro o complejo que sea, permanecen a tu lado. Y si papá no quizo quedarse en la de mamá o en la mía, fue porque verdaderamente le faltó los pantalones para separar la relación con tu pareja con el compromiso con tu hija. Pero más allá de todo, a papá le doy las gracias por mi hermano de quince años, así sea de diferente mamá, yo siempre he querido tener un hermano. Recuerdo aquella vez que fuimos a almorzar nosotros con papá y con su señora. Sí que eramos tal para cual. Tenía la mismas dolencias que papá, igual que yo. Los mismos hábitos y las mismas costumbres que su hermana que estaba almorzando al frente de él, yo. Lo veía tímido, nosé cuántas veces papá le habrá hablado de mí o quizás nunca lo hizo pero sí que la sangre llama. Así lo conozca poquísimo, si necesitara un riñón, yo se lo daría.

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