Cap. único.


Soy egoísta, también realista. Y también no lo soy. Sé que a la vista diferentes impresiones doy.

No soy cara, menos cruz. Soy nada, todo soy. No sé quién o qué soy.

Todo lo que toco lo destrozo. Todo lo que digo es mentira. Esa es una realidad… Confuso, ¿verdad?

Me puse a escuchar lo que callé; me puse a cavar para encontrar todo aquello que oculté. Sólo entendí que nunca estuve definida, y eso desde que tengo punto de partida. Que en realidad nunca viví mi vida. Sólo entendí que una marioneta soy, que una actriz también soy. Que diferentes facetas tengo, y diversas cosas otorgo. Que nunca cumplo algo de lo que me propongo. Que de voluntad propia no dispongo, que interesante no soy, que esfuerzos en vano para mis estúpidos sueños pongo.

Entendí que no importa la máscara que me pongo, un estorbo siempre será un estorbo. Y que con agua se deshace la greda de estas malhechas antifaces. Estas antifaces pintadas con sonrisas brillantes que ocultan caras de penumbra, amargura, rencor.

Este desgastado corazón mucho amor da, pero recibe sólo la mitad. Realmente, ¿importa en verdad? Si aunque grite, nadie me auxilia en mi soledad. Debe ser porque nadie necesita en su vida a alguien indefinido, indeciso, sin metas claras ni ambiciones por alcanzar.

Quisiera definirme, pero siento que sólo encontraré respuestas tristes.

Así que ahora, si me preguntas quién o qué soy yo, te preguntaré: «Y tú, ¿quién quieres que sea yo?» Con una sonrisa te lo cuestionaré. Con una sonrisa que esconde cosas que sólo ven las estrellas, la luna y el sol. Cosas que sólo sé yo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS