Soltame que estoy creciendo

Soltame que estoy creciendo

Vuelvo otro día más a rumbear,

en aquel mar de soledad,

pero quiero volver a sentir,

las angustias que no me dejan vivir,

permitirme sentarme en la inmensidad,

para volver a ser quien soy en realidad.

A curar aquellas heridas,

que me aquejan desde niña,

descifrar quien soy hoy,

para crear un futuro mejor,

lejos de la incertidumbre,

permitiendo,

que cada momento me deslumbre.

Traspasando en el papel aquello que me ata,

y conocer un poco más sobre lo que me maltrata,

escuchar a mi mente,

decir a gritos,

y esconder,

para que el resto no encuentre.

Pero no me permito mostrar,

y caigo de nuevo en la falsedad,

perderme un ratito más,

salir a buscar,

para saber quien soy en realidad.

Pensar en silencio,

meditar sin que nada se interponga,

poder alejarme del mundo que cree,

para volver a ser aquello que se fue.

Recrear mi historia de nuevo,

aunque me deje sin consuelo,

hablar de mi niñez,

aunque me duela más que ayer,

unir el pasado,

para crearlo unificado,

para sentirme parte de mi vida,

la que sentí con mi tia,

la que bloquee con mi padrastro,

y que olvide con mi amiga.

Aquella llena de dolor,

que nunca tuve valentía,

de aceptarla con honor,

no tengo nada que avergonzarme,

sin embargo,

me oculto en una imagen,

que no sabe representarme.

Volver a estos momentos de paz,

que con versos me dejan expresar,

lo que hablando no digo,

y callando no consigo.

La historia de una niña solitaria,

que sufrió abuso y violencia,

por quien creía que era querido,

la de las cosas importantes,

la de momentos interesantes,

la que se mueve,

con orgullo y fuerza,

para conseguir lo que quiere.

No quiero sentirme más incómoda,

quiero buscar lo que realmente me apasiona,

quiero salir a recorrer opciones,

y equivocarme sin temores,

permitir decir lo que pienso,

sin tener miedo,

a que los que me aman salgan corriendo,

abrazar a mi mama,

y entender que nadie lastima sin saber sanar.

Disfrutar los paisajes que la vida me regala,

sin tener esa ansiedad que por momentos me atrapa,

poder visualizar el más allá,

honrando con amor,

a los que ya no están.

Decirle que no a las noches de salida,

dejar que un trago menos,

signifiquen un buen dia,

dejar las luces y la fachada,

de clubes nocturnos,

que muestran gente sin mambeadas.

Poder tener una charla interesante,

conocer la intimidad,

de aquellos que nos rodean,

y generar vínculos que valgan la pena.

Es que en verdad,

no se puede vivir de redes sociales,

son grandes distorsionantes,

que nos alejan de nuestros ideales

se puede vivir de plenitud,

y de aquello que nos da gratitud,

esos si que son mimos al alma,

las charlas de noche con un amigo que acompaña,

con un pucho de por medio en la mano,

hablando cara a cara,

sobre lo que nos hace daño.

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