Sólo viajes

Prefacio

David siempre eligió seguir el camino de Mia, ambos mejores amigos desde los cuatro años cuando comenzaron la escuela.

Cuando ambos llegaron al nivel medio básico inició la etapa de venir a casa solos, ir a fiestas que empiezan a las siete de la noche y terminan por ahí de las doce, o mucho más. Y efectivamente, ingerir bebidas alcohólicas y en un caso más profundo; consumir drogas.

— ¿Irás a la fiesta de Poncho? —mencionó David mirando hacía el rostro de Mia— Yo en realidad no sé, pero a mí me dejan salir a cualquier lado, y’know.

Mia resopló, David solía reírse de que a ella no la dejaban salir, necesitaba un permiso desde dos semanas antes o mucho más para concederle el deseo del «sí».

—Si llegas a recibir un coñazo, no me digas que no te advertí, coño.

Ella era una chica que apenas la dejaban ir a la escuela a casa sola, pues la cuidaban demasiado. Aunque David y Mia se conocieran desde que eran unos pequeños niños, no era la suficiente confianza para que los padres de Mia la dejasen salir sin un permiso más formal con él.
Ahora puedes imaginar si lo conoces de un año.

—Ya… Ya, pero es que en serio, Mia, no puede ser —se rió levemente y me tomó del hombro.

Iban hacia el colectivo, acababan de salir del instituto, usualmente cuando venía con él Mia se tardaba un poco más de lo planeado. Puesto a que su hora de llegada como máximo, eran las 2:46. Sin embargo, cuando venía con David llegaba a 2:54.

—Si quieres hablar con mis padres e intentarlo tú, sería lo máximo —dijo sarcástica— Te pasas, en serio.

—De acuerdo —dijo de repente— Lo haré. Iré justamente hoy a la hora que me digas.

Mia se quedó anonada y sonrió por lo bajo.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste, tia.


2

—Puff, es que qué me voy a poner, tio. —señaló hacia sí mismo

Bufó.

Terminó tomando los jeans más cómodos que tenía y se colocó una camisa a cuadros de un color verde militar y salió hacia la casa de Mia.

A David aún no le permitían utilizar auto, si es que apenas tenía catorce años, pero él ya era un joven bastante apuesto y grande.

Mia aún tenía el aspecto de una chica pequeña, estaba un poco llenita, sin embargo, cada día mostraba señales de estar mucho más delgada.

—Mia, ya estoy acá, puedes ir saliendo —rió— creo que te veo desde la ventana. ¿Quieres bajar?

—Joder, sí que ya voy, David.

Mia jamás le dijo diminutivos a David, no le agradaban los diminutivos. Pero sí que ponía apodos.

Los cinco minutos restantes al esperar que bajase Mia, David se quedó pensando en su actual pareja. Puesto a que estaban teniendo problemas amorosos por un tercero.

No, en realidad no era por Mia por quien tuvo discusiones, sino por esta chica, Alejandra.
Alejandra y David tenían apenas seis meses de conocidos, pero ella ya tenía sentimientos hacia David.

—¿En qué estás pensando? —besó la mejilla de David y sonrió mostrando un pequeño hoyuelo en la comisura de su mejilla.

—Nada, hm. Ya sabes. Lo de siempre.

—¿Ella de nuevo? Pff. —tocó el hombro de David y lo jaló hacia la acera como señal de ánimo.

—Eh, Mia, que hoy nos vamos con Javier y Víctor, que pasaremos a comprar un six.

Ella sólo chistó.

En cuestión de diez minutos, ya estaban en el vehículo que conducía Víctor.

—Víctor, en serio, que si llego apestada de alcohol ni irme sola me dejarán ahora —miré a todos de reojo, pero concentré mi mirada en Víctor.

—Tranquila, que te cuidaremos —éste me guiñó el ojo en señal de secreto y continuamos el rumbo hacia la fiesta.

Víctor también concordaba en ser un antiguo amigo de Mia y de David, sin embargo, Mia y él no comenzaron a hablar hasta que tenían siete años.
También eran mejores amigos. Los tres. Mia, David y Víctor.

En realidad Javier llegó cuando ellos tenían once años. Se hizo muy amigo de Mia durante un tiempo, sin embargo, no duró mucho cuando una mentira lo tiró todo.

Finalmente eran compañeros, pero les costaba un poco hablarse.

Compraron decenas de cerveza y había un montón de Vodka esparcido por gomitas con dicha sustancia alcohólica.

David hablaba con Alejandra. Ambos reían como locos, y él comenzó a hablarle más cerca hacia ella. Era obvio que ya estaba en los efectos del alcohol.

Víctor bailaba con Paula, una chica del instituto que le coquetea demasiado. Ella a él, a Mia no le agrada ese aspecto, y no es porque le guste Víctor, sino que tiene el presentimiento de que es una mala influencia para él. Mia siempre celó mucho a sus amigos, era algo que ya tenía. No lo hacía por molestar.

Él tomaba la cintura de Paula sin intenciones de llegar a otro punto, pero ella se le acercaba mucho para malinterpretar las cosas y llegar a dichas situaciones.

Mientras que Mia estaba sentada, tomando un sorbo de cerveza de la botella de David. Es innecesario decir que a ella no la dejan beber, sin embargo, tampoco es que la mantengan en cuarentena.
Igualmente el olor no llegaría tan fuerte cuando regresaran a casa.

No estaba sola, en realidad estaba hablando con dos chicas quienes de vez en cuando hablaban, pero tenían que ir al baño. Cosas de chicas.
Mia no era muy femenina, en realidad por eso tenía muchos amigos chicos, pero hacía su esfuerzo por tener un poco de chica en sí.

Javier miraba a Mia a lo lejos, éste pensaba en lo que había sucedido hace un par de años tomando un trago de su bebida energética. Él no tomaba, en realidad jamás le dieron a conocer el alcohol en casa, él sabe que no es malo, pero no le agradaba.

Finalmente caminó hacía donde Mia y se sentó a su lado. La miró de reojo con una mirada de tristeza, y al mismo tiempo de emoción.

Mia lo miró también de reojo, intentando averiguar las intenciones de éste, pero no aparentaba averiguarlo.

—¿Cómo has estado? —preguntó Javier llamando la atención de Mia.

Mia volvió a quedarse un poco perpleja porque este le estuviese hablando a ella.

—Todo bien, Javi. —Mia hizo una pausa pensando en la respuesta— ¿Todo está bien contigo?

—Sí. —rascó su nuca en señal de posible nerviosismo o no saber qué decir— Solo quería charlar un poco, hace tiempo no hablamos, y jamás pensé que te vería en una fiesta de este estilo.

Mia parecía haber entrado en su terreno, puesto a que el tema de porqué jamás se muestra en fiestas o en algún lugar desconocido a las instalaciones del instituto era algo que ella ya estaba especializada.

—Lo sé. David fue a mi casa a hablar con mis padres, no sé cómo coño los convenció, pero vaya que pudo —mostró una ligera sonrisa.

—Ya, pues yo solamente vengo por pasármela bien, y de vez en cuando solo mirar las idioteces que cometen ellos, hm.

10:43 PM | Piscina

Mia y Javier estaban jugando en la alberca, Mia tiró a Javier al agua, y éste la tomó del pie tirándola también hacia adentro.

Era un poco notorio que Mia se encontraba un poco alcoholizada, en realidad no era mucho, pero ya que no tomaba demasiado, la acostumbraba a tener muestras más tempranas de alcoholismo. Y aunque este independientemente no tuviese mucho que ver, Mia sobresaltaba en ser mala bebiendo.

David y Víctor estaban tomando chupitos en el jardín riéndose de tal escena de aquellos que estaban en la alberca jugando.

Había pasado poco tiempo después de que David y Víctor terminaran de beber, cuando David se acercó con Alejandra dentro de un pasillo en el patio. Estos dos estaban ya demasiado borrachos para recordar aquella noche y lo que iba a suceder.

David le susurraba algo en el oído a Alejandra, la tomó de la cintura cuando no esperó más ella, y acercó sus labios a los de ella.

Ambos se dejaron llevar por el momento y terminaron fajando un buen rato.

Mia apenas se dió cuenta cuando Víctor le comentó de esta situación riéndose también de lo drogado —pues éste aparte de beber, consumió droga, él sin intenciones, pero alguien le cedió en el vaso— que estaba en ese instante.


1 ST

2029 year


Hoy era el cumpleaños diecinueve de Mia, pronto cumpliría años también su compañero de vida, David.

Mia se había convertido en una persona de una figura delgada y con buen cuerpo, en realidad el cambio que estuvo llevando durante los últimos años, la llevó a lo que es ahora.

¡Hey, despierta cumpleañera!Hannah removió entre las sábanas a Mia tratando de despertar a esta.

Mia poco a poco iba despertando, las luces la aturdieron, pero lentamente pudo notar lo que había en su entorno.

Estaba David, Víctor y un par de compañeras que vivían en la siguiente unidad de donde se instaló Mia y Hannah cuando llegaron a la universidad.

Vale.Mia se sonrojó un poco quitándose las sábanas de encima— Vale. Vale.

David comenzó dándole un fuerte abrazo a Mia, éste le dijo:

Estás muy grandota, Mi-mi-Mía.

No soy tuya, Pelón.

Efectivamente Mia en los últimos años terminó por apodar a David como Pelón, y así mismo, éste comenzó a decirle Mía a juego.

David no cambió mucho, en realidad le comenzó a salir barba, así que cuando Mia le dió el beso en la mejilla de todos los días, el picazón de su barba fue notorio. Aun así, no era tan incómoda.

David seguía soltero a este punto.

La cosa continuó igual, aparentaba ir todo bien. Pasó un tiempo, como mucho un año, en el que efectivamente, ya casi los chicos cumplían 20 años.

Javier no volvió a mostrarse durante un tiempo, pues tuvo que ingresar en un hospital psiquiátrico, éste tuvo un accidente mayor que afectó sus pensamientos. Intentando acabar con su vida.

Mia al enterarse de esto, visitó cientos de veces a Javier, que en ese tiempo ayudó mucho al recupero de este.

Joder, Hannah, es que te pasaste, ¿no me miras tan fea ahora?rió Mia con verguenza y volteó la mirada hacia su amiga.

Dame las gracias que te traje a tus muchachos, tonta.

Se sonrojó Mia y le tiró una almohada a Hannah.

Puff, se viene el reventón con el cumpleaños de David, Mia se mordió el labio y sonriendo miró a Mia.

Mia solo bufó.

Vaya tela, pero si es que se te cae la baba de tonta por él, Hann echó a reír, tomándola del hombro a Hannah.

¿Qué se hará, tia?

Víctor y yo ya se nos ocurrirá algo, tranquiliza tus nalgas.

Hannah le dio un sopetón en el hombro en señal de que se callara.

Las próximas clases al estreno del casi final de curso que terminarían, Víctor y Mia estaban platicando en el auto de éste.

Víctor no había cambiado demasiado, apenas tenía un pequeño bigote redondeado con un poco de barba alrededor. Aún no tenía una relación estable, pues cuando éste estaba con Paula, era de esperarse que Paula no tenía intenciones de quedarse con él como una relación normal. Paula siempre fue diferente en los sentidos del amor.
Parecía llevarse fácil por todos.

Con Hannah él tuvo una pequeña relación que solía parecerse más a mejores amigos, pues se llevaban muy bien al inicio de la educación superior. Justo al ingresar al bachiller.

Estoy pensando en una mega fiesta, pero literal, rentaremos una casa, porque en la última fiesta, joder, mi casa quedó hecha mierda éste refiriéndose a la última fiesta “tocha” que tuvimos en la casa de Poncho, que para hacer mención, es hermano de Víctor.

Rayos. Pues vamos a ver qué lugar está medianamente grande para nosotros, Víctor.

Sí. ¿Te paso a llevar?

Mia había recibido noticias de Javier en los últimos días. Lo habían dado de alta.

Los primeros días Mia estuvo visitando a Javier ya en su casa, y le contó todo lo que había vivido en su cumpleaños y lo mucho que lo extrañó cuando estaba en rehabilitación.

No lo sabes, Javi. repitió Mia Me la pasé genial con Víctor y Hannah, en serio. Pero yo te extrañé mucho cuando mi cumpleaños.

Mia hizo un puchero recostando su cabeza en el hombro de Javier por unos segundos.

Lo siento mucho, Mia. Sabes que me hubiese gustado estar allí. Eres muy especial en mi vida, lo sabes, pequeña. Javier tomó la mano de Mia y la reposó en su corazón Te quiero mucho, mucho.

Descuida, lo sé ella retiró su mano para ahora darle un beso en la mejilla de éste, que continuó en un abrazo sincero.

Javier nunca tuvo una relación con nadie, inclusive Mia y él no estaban en una, sin embargo; el sentimiento de cariño hacia ambos es real.
Y mismo así, Javier nunca dió un beso hacia alguien. Por más absurdo que suene.

Javier se incorporaría a clases pronto, tendría que repetir medio año por la pérdida de estudio cuando se encontró en rehabilitación.

Él le ganaba por tres años a todos los demás. Mia lo conoció primero, pues se conocieron en un callejón.Y aunque suene peligroso y tonto, era algo real.
Después, ella comenzó a darlo a conocer con sus conocidos amigos y pronto hicieron una nueva amistad entre ellos.

—Buah, Víctor, es que es muy caro para que lo paguemos. —Mia mostró un rostro desanimado.

Un conocido me prestó dinero. Tú tranquila —mencionó éste como si nada.

Mia suspiró.
Pues que así sea.

Llegó el día previsto, todo iba por donde tenía que ser, David no sabía mucho de esa dicha sorpresa, sin embargo, tenía conocimiento de ello en sospechas. Era obvio que habría algo preparado. Todos actuaban sospechosos.

Víctor efectivamente consiguió el dinero un día antes y pagó la renta de dicha casa. Los preparativos los hizo Hannah, quien consiguió hacer un regalo propio para David.

La fiesta comenzó y se alargó por muy noche.
Mia llegó con Javier, y pasaron la noche bailando con los demás chicos. Mientras que Víctor preparaba las bebidas y ponía en la parte inferior de la mesa un poco de «dulces» que era efectivo el consumo de drogas, él no era un vicioso, pero solía utilizar un poco para que si se enrollaba con alguien, no recordar con quién.
Aunque sin dudarlo, siempre utilizó protección.

David se alegró mucho cuando miró la sorpresa y aunque no pudiese creer Hannah y él se enrollaron en lo profundo de la alberca.

Marchaba bien hasta ahora, el lugar estaba alejado de la ciudad y de las demás casas, lo cual no ocasionó problemas con la policía.

Mia se encontraba con Víctor y Javier charlando de cosas absurdas de política y unos cuantos minutos después David llegó con Hannah, éste apoyaba su brazo en el hombro de Hannah.

Demasiado borrachos no los identificaría.

¡Vaya! Pero miren a los tortolos —se echó a reír Javier y los demás continuaron.

¡Calla! Que es mi cumpleaños. —David les guiñó un ojo a los demás y Hannah se sonrojó.

Vengan, únanse a las grandes pláticas de Mia —dijo Víctor.

Charlaban tranquilamente, todos borrachos menos Javier y Mia, quienes hablaban de las profecías que se contaban en internet.

—Qué agrado tenerte aquí, Javier —mencionó David, acerándose para palpar el brazo de Javier.

Ya quería volver —sonrió.

¡Pues que siga la fiesta! —gritó Víctor.

Víctor estaba boca arriba en el pasto cuando éste se desmayó.


Will be continued.

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