Hoy día lo vi, estaba conmigo sentado, como que si nunca nos hubiéramos separado, lo abracé como si no hubiera un mañana le dije lo mucho que imploraba que esto pasara, dándole muchos besos en su rostro de tranquilidad, me dijo:
-¿Que tienes?
*Con una gran sonrisa de confusión*
– Te extrañe mucho, mis ojos imploraban verte otra vez.
*Fue un fuerte y largo abrazo que sus huesos se compadecieron con sonidos de relajación*
Le tuve en mis brazos sobre la cama, envolviéndome como un bebe recién nacido sobre el pecho de su madre no queriendo ser desprendido.
Desperté de repentino y abrazando a las sabanas me di cuenta que no era real.
Fiorela Arenas CH.
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