Entonces seré yo quien necesite un amigo imaginario, pienso mientras miro tus ojos. Cada vez que cambias de colegio y de ciudad, te encierras en tu cuarto y te niegas a hablarnos durante días.
Aunque tímida, siempre has sabido escoger a las mejores amigas, las eternas y las que solo te han durado una vida, hasta el siguiente cambio de colegio.
Esos ojos inteligentes que me hablan de soledad. Esa sonrisa tímida que me habla de tristeza. Esa larga melena que se me anuda en el cuello. Esa expresión dulce que me atraviesa el alma.

Ahora tu retrato es lo único que me queda.

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