Sobreviviendo

Sobreviviendo

GESY

05/11/2020

Se que hecometido muchos errores , en mi afán de hacer lo más correcto, intenté siempre no dañar a nadie, sin pensar a lo mejor , lo que los otros pensarías.

He tomado en  mi vida mauchas desiciones, haciendo lo que en ése momento me parecía mejor,  lo que creía que era mejor para los demás . Quizás ahora a la distancia , las cosas se ven distintas , quizás mi pecado fue la cobardía , no me sentía capaz para afrontar lo que ellas acarrearían .

Así fue como fuí dejando en el camino lo que más quería, sufriendo por su pérdida tratando inutilmente de reemplazarlos por otros cariños momentaneos. 

Me alejé de mis hijos, de mi familia, de mis pocas amistades, allí a la distancia, me atrapó el paisaje, la bonanza de la gente, el cariño de otros niños , un nuevo amor.

Luché por ellos yu perdí, no estaba dispuesta a volver a mis ciudad natal, a cambiar mi libertad, por una vida constantemente vigilada y criticada.

Cambie un bien pasar por aventura; un cariño por otro, aunque siempre volví a mis hijos.

Ellos aunque  no estendían, respetaban mi desición.Disfrutaban las vacaciones de invierno y de verano juntos. Viajabamos mucho, conocíamos nuevas ciudades , nueva gente, otra forma de vida, trataba de enseñarles que tambien se podía vivir en libertad.

Esa libertad que nos llevó al río, que truncó nuestros planes y alegrías, cortándo nuestra vida y nuestros sueños.Parte de ellos se quedó allí y a partir de ése momento, todo cambio mi alegría se transformó en triasteza, mis sueños se hundieron en sus aguas.

Ya nada me importaba, ni animaba,  la sombra de la muerte pasaba constantemente por mi cabeza, pero era muy cobarde para quitarme la vida. Era una autómata , me acostaba y me levantaba a hacer las cosas mas necesarias de la casa, para seguir existiendo.Desat5endía mi casa , mi nueva pareja,mis amigos, mi otro hijo.

Pasaba horas llorando y recordando los últimos días que habíamops vivido juntos, su alegría sus movimientos,sus palabras.

Era mi hijo mayor, nunca lo había visto tan feliz, hacía cosas que no había echo ni aún siendo muy pequeño.Por momentos renegaba de Dios y por otros le agradecía el habermelo traído a despedirse de mí.Imaginaba que me había elegido por considerarme la más fuerte de los dos para poder aguantar semejante golpe, pero sentía que mis fuerzas flaqueaban , que me era imposible seguir viviendo.

Sentía en el pecho estrujarse mi corazón y no escuchaba ninguna palabra ni consejo de los que intentaban volverme a la realidad, explicarme que debía seguir adelante, que aún tenía un hijo que necesitaba mi ayuda, que esperaba de mi una palabra de aliento. En vano eran los esfuerzos de mi pareja, para demostrarme que estaba allí, que quería ayudarme, que estaba dispuesto a hacer todo lo que yo necesitaba para ello. Yo estaba sorda, a todo lo que no fuera mi dolor.

Me lamentaba no haber podido presentir lo que iba a ocurrir, pero fue tanta la alegría que gozábamos esos días que nadie hacía prever ése desenlace. Lo veía a él tan grande, casi un hombre con sus 17 años recién cumplidos, tan feliz disfrutando de ésas vacaciones. Aún resonaban en mis oídos las palabras que me había dicho cuando fui a buscarlos :- Mami éste año pienso pasar un mes en Rio Negro de vacaciones- subrayando las últimas palabras y así lo izo disfrutando cada instante.

Quedaron en mis manos los pasajes que teníamos comprados para la vuelta, debíamos viajar el día jueves y el martes se desató la catástrofe.

Mis pasos me llevaban una y otra vez hasta el lugar donde se lo vio sobre el agua por última vez, en ése lugar habíamos construido un descanso con su nombre y allí le prendía velas y le llevaba flores, ya que su cuerpo fue llevado por su padre a Bs.As, solo quedaba allí su alma, buscando un lugar donde alojarse.

Así pasaron dos años sin poder recuperarme de la pérdida, que aún hoy después de tantos años siento profundamente en el corazón.

Mi vida fue cambiando de a poco, llegó a mi casa a vivir una sobrina (era su prima preferida) con sus frescos 16 años y sus dramas de adolescente. Traté de ocuparme de ella, de lograr que vuelva a estudiar, lo logré siguió sus estudios con mucho esfuerzo por parte de ella y de nosotros y se recibió de Perito Mercantil, mi pareja y yo fuimos recibir el diploma de sus manos, esto me trajo mucha alegría y a la vez mucha tristeza porque me hubiera gustado mucho que se lo entregara a sus padres que lo merecían por el esfuerzo que habían echo al criarla.

Estuve colaborando con la Asociación Cooperadora y comenzé a relacionarme con mucha gente, eso era lo que siempre me había gustado, aunque lo hacía en forma autómata y fanática, trataba de ocupar las mayor parte del tiempo.

Las cosas con mi pareja no andaban muy bien.

Llegó el momento en que tuve que hacerme cargo de la situación y atender tanto a él como a mi hijo menor que requería de mi ayuda.

Por ésas cosas que tiene la vida a los 40 años quedé nuevamente embarazada, durante los primeros seis meses no quería ni podía créelo, pero luego se fue mostrando la que hoy es mi luz y mi compañía.

Los celos de mi hijo eran terribles a tal punto que hicimos un trato:-“ Si es varón yo ni siquiera lo quiero conocer dijo él” –“Bueno-” dije yo y agregué: -“Pero si es mujer, serás el padrino”-

Hoy es el feliz padrino junto a mi sobrina que es la madrina.

Razones de trabajo nos hicieron emigrar a Quequén y aquí estamos luchando por sobrevivir y lograr un futuro para nuestra hija. Ella nos alienta a seguir y a

superarnos día a día, aunque a veces nos sentimos cansados y ya viejos para seguirle el tren. Desde el cielo mi hijo parece sonreírme y animarme a seguir adelante.

GESY

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS