Mi alter ego: el conejo de Alicia, siempre corriendo, para finalmente comprobar que llega tarde.
El conejo, corría y corría y se tropezó con un joven vestido de azul que llevaba la corona en la mano izquierda y en la derecha arrastraba una espada. Su gesto, torcido; su azules ojos húmedos.
-¿ Has tenido un accidente?
– El mayor de mi vida. Me han dado calabazas…y además, está muy enamorada.
– Buenooo las chicas ya no son tan monárquicas…, dijo el conejo en tono conciliador.
– No es sólo eso.¡ Es que a quien quiere es a mi mejor amiga!
***
Me gusta jugar con las letras.
-«Está la cojo y la pongo aquí
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