Te vi ayer sentada,
al borde donde termina tu mundo,
ida,
toda muda
llena de silencio y sombras.
Te vi pálida
Te vi flaca
Te vi cansada,
entonces,
oíste que te llamé y
volviste inmediatamente tu mirada hacia mí.
Noté tu mirada humedecida de años y sal.
Vinagre.
¿Qué tanto recordabas?
Tantas memorias tienen tu espalda encorvada
y sobre esa espalda, yace mi consuelo.
Te vi ayer en la mañana,
andar lento y meditabunda
imprecisa
llena de sospechas y viendo de reojo
como queriendo revelar tu secreto
vete si te hace bien irte o ven si te hace más bien quedarte
no me dejes caer en el abismo de la duda
porque hasta hoy
no sé como acomodarme el corazón para tu partida.
OPINIONES Y COMENTARIOS